–¿Me estás pidiendo que viva un cuento de hadas a tu lado, perdida en alguna isla mientras que mis padres están llorando mi muerte? –Preguntó Ava indignada. –¿Crees qué podría ser feliz contigo sabiendo que mi familia está sufriendo? Derek bajó la cabeza con el corazón en la garganta. Él sabía que no tenía derecho a pedirle algo así, y menos después de todo el daño que había causado. –Lo siento… –¡No, lo siento no! –Vociferó Ava. –¿Así es como dices amarme…pidiendo que sea tu prisionera para siempre? –Yo no te estoy pidiendo eso Ava. –Contestó Derek con vehemencia. –Siento mucho que mi propuesta te haya ofendido, esa no era mi intención. Él sabía que era un pedido egoísta, pero su intención no era tenerla cautiva. Entonces estiró la mano intentando tocarla, pero Ava se apartó bru