En casa, su nerviosismo no la deja poder dormir, no estaba ansiosa por su nuevo empleo. Sino por el niño, quien ahora ocupaba su mente, junto con su amor por Jeremy. También piensa en Jeremy y en el conflicto con su padre, presume que su petición es muy prematura, como le darán un nieto si apenas se han casado. Aunque ya ellos tienes muy claro las condiciones de su matrimonio. Entre sus preocupaciones olvidaba lo que estaba haciendo y se le cae la taza al suelo con el té hirviendo, casi se quema. Llega Jeremy y se interna en la cocina al oír el ruido. —¿Qué ha ocurrido aquí? —Se me cayó sin querer la taza, ya la recojo. —De ninguna manera, para eso está el servicio. —Deben de estar descansando. —Tengo servicio las 24/7 y les p**o muy bien. Tranquila que una empleada se ocupara de eso
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