- ¡Madre! Tu hija favorita ha llegado- grité para que supieran que estaba en casa, era algo que se me había hecho costumbre porque a veces, llegaba tan cansada que en cuanto entraba en la casa me quedaba dormida y como ella no me escuchaba, se preocupaba porque no sabía de mi. -Lo acabo de notar Dani, gracias- me dijo desde la sala, no le dije nada mas, moria de sueño y ella sabia que cuando eso pasaba no tenia animo para platicar. Tome lo primero que encontré en mi camino a la cocina para comer, me senté en la isla de esta y sin saberlo, me quede dormida unos minutos. -¡Daniela!- Escuché gritar a mi madre un poco alterada mientras caminaba hacia mi. -Dime- respondi aun con los ojos cerrados y mas dormida que despierta. -Ven a saludar, eres muy grosera, ¿lo sabias?- dijo en un tono des