—Señor Hadriel —dijo una voz femenina, con seriedad fingida—. ¿En qué piensa el joven genio? —En muchas cosas —respondió Hadriel, mirando de reojo a aquella atractiva muchacha. Se llamaba Alexa Walk, y era cuatro años mayor que él, pero habían congeniado en todos los aspectos. —¿Una copa? —preguntó Alexa, entendiendo el vaso hacia él. —Está bien. —La recibió de buena manera y bebió un trago del vino—. ¿Y qué harás ahora, Alexa? —Buscaré trabajo —comentó ella, con humor. No era descendiente de una familia privilegiada y millonaria como la de Hadriel. Había estudiado por medio de una beca—. Ahora estoy preparada para estar en las empresas de elite y ofrecer mi conocimiento. —Estoy seguro de que te irá bien —dijo Hadriel, con sinceridad. Alexa era de las pocas personas que había visto es