POV LIV Las horas dentro del instituto transcurren con una normalidad alarmante, todas actúan como si nada sucediera, me estremezco ante el recuerdo de lo sucedido hace apenas unas horas. Los altos mandos del clero se adentraron en la mansión y aprovechando la vulnerabilidad en la que nos encontramos, decidieron que sería buen momento para asegurarse que las vírgenes estén siendo entrenadas de manera correcta. Fuertes golpes en las puertas nos despertaron y poco después entraron a cada una de las habitaciones, cuando aún estábamos dormidas y nos levantaron en brazos de las camas, se nos ordenó bajar inmediatamente a el gran salón donde se nos informó que debíamos asearnos juntas en un área apartada cerca de la casa rosa frente a ellos. No se nos concedió comer algo, pues alegaron q