POV LIV El porte, la elegancia y la distinción son cosas que no se pueden aprender pero que el instituto para señoritas Edén se encarga de reforzar con cada clase y enseñanza. A lo largo de estos tres años nuestras aptitudes se han ido moldeando favorablemente, es imposible mirar a alguna y no queda prendado, somos bonitas, inteligentes y la gracia que expedimos atrae. Lo mejor de todo es que nos exigen cada vez más, somos damas amables y buenas, serviciales y prontamente esposas ideales. Treinta chicas empezamos hace tres años a prepararnos para ser dadas en matrimonio después de demostrar que somos dignas de ello. El título de esposa o señora es algo por lo que luchamos cada día entre los grandes muros que nos resguardan, protegiéndonos de todo aquello que podría dañarnos Nue