Ajuste mis emociones respirando profundo y trate de calmarme. El teléfono vibró nuevamente y deslicé mi dedo. ---¿Hola? ---¡Señora, tiene que venir a la casa de inmediato, el niño está ardiendo en fiebre! Mi cuerpo se entumeció de inmediato y mi corazón se aceleró al punto de que cualquiera podría ver mi pulso latiendo descontrolado. Tome una pequeña respiración y actúe como si no estuviera pasando nada importante. Ajuste el tono de mi voz y conteste calma. ---Bien, estaré ahí. Busca algún contacto en mi agenda, de seguro encontrarás alguno. La niñera aceptó con un tono de voz que me decía que no entendía mi actitud, lo más probable es que piense que soy una madre irresponsable. Pero no me importa que piense eso en este momento, no cuando Nathan y los demás me miran con una mirada esc