Valentina se quedó mirando el teléfono y suspiro. Ella no tenía elección. No tenía a quien más recurrir. Por supuesto, no quería llamarle, no quería que supiera la verdad. Cuando iba a presionar su contacto, Jonás detuvo su mano. ---No lo hagas, aún … Podemos buscar opciones. La expresión del rostro de Jonás era de temor. Sabía en su interior que esta revelación cambiaria totalmente las cosas, quizás está siendo un poco egoísta, pero él cree estar seguro de poder resolver la situación. Valentina, lo miro por un momento sin decir una palabra. La salud de su hijo ahora dependía de la persona que menos quería que supiera de su existencia. Si la solución estuviera en sus manos, ella estaría más que agradecida, pero la realidad es otra. Y ahora ella debe doblegar su orgullo. Las consecuencia