El cielo se estaba oscureciendo.
Nathan salió del hospital en trance y miro a su alrededor, pero no sabía a donde iba.
“Valentina, ¿A dónde has ido?
De repente saco su teléfono móvil y marco un número.
---Roberth, encuentra a Valentina, no importa cuanto tengas que buscar, no importa a donde tengas que llegar. ¡Encuéntrala!
---Si señor, empezare de inmediato.
Colgando el teléfono, Nathan sostuvo el aparato con fuerza. La gente iba y venia frente al hospital, pero no había nadie quien le diera respuesta sobre el paradero de Valentina.
El teléfono en su mano sonó de repente, y su corazón latió de emoción. Contesto de inmediato.
---¿Hola? ¿Es usted el señor Mercer?
La voz de un hombre tranquilo se escuchó del otro lado del teléfono.
Nathan se quedo sin palabras por un instante, luego salió de su limbo y contesto.
---Si, soy Nathan Mercer.
---Hola, Sr Mercer. Soy el abogado del bufete Garrigues. Soy el abogado Taylor Shaw, hace unos días, la señorita Miller me confió …
---¡¿Dónde está ella?!
Antes de que el abogado Shaw pudiera terminar de hablar, las pupilas de Nathan se contrajeron repentinamente y rugió.
---¡¿Dónde está mi esposa?! ¡¿Dónde está Valentina?!
---Uh …
El abogado Shaw se sorprendió y dijo.
---Yo, no se donde esta la señorita Miller. Ella solicito mis servicios hace unos días.
---¡¿Qué te pidió que hicieras?! ¿Y porque la sigues llamando señorita Miller?
Nathan tuvo un mal presagio.
---Ehmm… --- continuo el abogado --- La señorita Miller me confió el manejo de su divorcio. Ella firmo la solicitud y me lo envió. Quería preguntarle al Sr Mercer cuando tiene tiempo para reunirnos. Ella no pidió ….
Divorcio…
Divorcio…
Divorcio…
La palabra se repetía incesantemente en la mente de Nathan, sin contestar al abogado se sumió en su propio dolor.
Valentina, ¿realmente quieres dejarme? Aun no he podido pedirte perdón.
---¿Señor Mercer? Sr Mercer, ¿está escuchando?
Pregunto el abogado varias veces sin escuchar respuesta.
“Bip”
Nathan colgó la llamada de repente, sus ojos estaban rojos, y su mano derecha mientras sostenía el teléfono colgaba débilmente.
¿Llegue demasiado tarde?
Cuando finalmente Nathan estaba dispuesto a luchar ferozmente por Valentina, ella se rindió con él.
¡No, no se lo cree!
Nathan se apresuro a un lado de la carretera y llamo un taxi.
---Bufete de abogados Garrigues.
El abogado miro el teléfono en su mano, y pensó cuan mal educado era la persona quien había colgado la llamada inexplicablemente y sacudió la cabeza con impotencia. Miro la hora y pensó, que llamaría mañana para confirmar su reunión, era hora de salir del trabajo.
El abogado proceso el documento que dejo, empaco sus cosas y estaba a punto de irse cuando vio a un hombre que entraba corriendo a la oficina.
La figura imponente llenaba el lugar, la mirada oscura en sus ojos le decía que la noticia que había recibido hace un momento no le agradaba. Pensó que sería un caso difícil.
Antes de que el abogado pudiera hablar, Nathan corrió frente a el y lo agarro por el cuello.
---¿Dónde esta el abogado llamado Shaw?
---Yo, yo soy …
El abogado se sorprendió, era más difícil de lo que predijo.
---Tu, ¿eres el señor Mercer?
---¿Qué te dijo mi esposa?
Pregunto Nathan con firmeza, un destello de dolor en sus ojos se hizo evidente.
---Sr Mercer, déjeme ir primero …
---¡Humph!
Nathan lo soltó de inmediato.
El abogado corrió rápidamente a su escritorio, saco los documentos que le dio Valentina y se volvió hacia Nathan.
---Aquí esta el documento preparado, además esta el acuerdo de divorcio firmado, también hay un acuerdo de transferencia de bienes raíces y una tarjeta negra. Mas una tarjeta de salario.
La nuez de Adán de Nathan rodo y tomo los documentos, pero parecía que los papeles eran tan pesados que le temblaban las manos. Extendió la mano y saco las finas hojas de la bolsa de archivos.
ACUERDO DE DIVORCIO.
La caligrafía de la firma de Valentina era el cuchillo que atravesaba su corazón. Sentía que había sido golpeado fuertemente por algo, sus dedos se aflojaron y el documento cayo suavemente al suelo.
---La señorita Miller también dijo que hay 200,000 en la tarjeta de salario, que se devolverá al Sr Mercer, y que de esta manera no se deben nada el uno al otro. --- dijo el abogado Shaw.
Ambos se deben …
Los ojos de Nathan se oscurecieron como una tormenta, se volvieron rojos.
Dijo que no debemos nada… pero el todavía le debe. Le debe una vida de felicidad, le debe un ¡Lo siento!
El celular sonó en el bolsillo del pantalón, Nathan respondió con una mirada vacía y parecía ahogarse en su voz.
---¿Hola?
---Señor, descubrimos que la señora fue a su ciudad natal hace dos días.
¿Cuidad, Natal?
Los ojos de Nathan se iluminaron de inmediato.
---¡Ven a recogerme en el bufete de abogados Garrigues!
En medio de la noche, en la carretera de la ciudad de Londres a la ciudad de Salisbury, un Lamborghini conducía a alta velocidad. Nathan se sentó en el auto, con los ojos inyectados en sangres. Su mente solo podía pensar en Valentina, en cuan lastimada estaba y todo por su estupidez.
Valentina ¿Me necesitas? ¿Cuan indefensas estas? Espérame, no me divorciare de ti, de ahora en adelante déjame protegerte.
---¡Acelera! --- exclamo Nathan.
Era casi el amanecer y el Lamborghini ya había llegado al pequeño pueblo donde estaba la casa de infancia de Valentina. Mirando la puerta cerrada frente a el, Nathan se hundió y le dijo a su guardaespaldas.
---Ábrela.
---Los dos hombres se apresuraron a cumplir con la orden, estaban a punto de abrir la puerta cuando alguien hablo.
---¡¿Qué están haciendo?! ¿Quién eres? ¿Quién les autorizo a abrir esa propiedad?
Nathan miro hacia atrás y vio a un anciano que llevaba herramientas agrícolas mirándolos con ojos agudos.
---Soy el … yerno de esta familia, estoy aquí para encontrar a alguien --- dijo Nathan.
---¿Yerno?
El anciano miro a Nathan de arriba abajo, frunció el ceño y dijo.
---Esta familia se ha ido, ¿acaso no lo sabes? Si eres su yerno, ¿Cómo es que no estas enterado?
---Valentina, ¿ella esta aquí? --- pregunto Nathan.
En estos días no le preocupo afeitarse, el vello facial creció un poco en toda su barbilla y tenía un aspecto decadente y desaliñado.
---Ella no está aquí --- el anciano agito la mano. --- Su madre fue enterrada hace unos días y no he visto a la pequeña Val desde entonces.
---Su madre …
Nathan hizo una pausa, tenia la garganta seca y pregunto.
---¿Dónde está enterrada?
---Esta en el cementerio principal, es mas adelante --- señalo el anciano.
Nathan levanto la cabeza, sus ojos estaban fijos, no hablo y solo avanzo gradualmente. Los dos guardaespaldas lo siguieron inmediatamente.
El anciano frunció el ceño y sacudió su cabeza. Ayer también vino otro hombre a buscar a Valentina. Su expresión era exactamente la misma que la del hombre frente a él.
Nathan llego al lugar señalado por el anciano y, efectivamente, vio una tumba solitaria, y el suelo aun era fresco. Abrió la boca, mil palabras se le atascaron en la garganta, pero no supo que decir. Nathan doblo las rodillas y se arrodillo frente a la tumba. Todavía recordaba como tomo su mano cuando vio por primera vez a la madre de Valentina y le pido que cuidara de su hija, y como luego dijo que ella era su tesoro mas preciado.
Casi podía imaginar a Valentina arrodillada frente a esta tumba al igual que el, y llorando en soledad. Todo había sido culpa de sus celos desmedidos. Había pensado que Jacob estaba con ella, la culpo sin razón.
Sus ojos se volvieron amargos, y unas gotas de lagrimas cayeron en la tierra fresca.
Valentina… ¿Dónde estás? Vuelve a mi… te lo suplico.
Nathan no supo como regreso a la ciudad de Londres y al apartamento que ahora le resultaba doloroso.
Estaba parado en la puerta con la llave en la mano, independientemente de su vergüenza, solo pensó, que tal vez, solo por una vez podría ver a Valentina tan pronto como abriera la puerta.
¿Has vuelto?
¿Por qué tardaste tanto?
Quizás, Valentina todavía se sentaría en el sofá y lo esperaría como siempre.
Tal vez está viendo la televisión.
Tal vez está comiendo bocadillos…
La puerta se abrió y Nathan entro.
Sin tv, ni snacks, sin Valentina…
---¡Valentina! --- grito Nathan con voz ronca, con los ojos enrojecidos.
Dios dos pasos hacia adelante, mirando la sala vacía, y no hubo un momento en su corazón que fuera más frio que ahora.
El teléfono volvió a sonar, una nueva esperanza se instalo en su corazón. Contesto la llamada con prisa.
---¿Hola? ¿Valentina?
---Presidente …
Kevin se quedo atónito, miro la carta en su mano que acababa de recibir y no sabia como explicar. Tomo una respiración profunda y hablo.
---Acabo de recibir la carta de renuncia de la señora …
El teléfono móvil de Nathan se deslizo por su oreja y aterrizo fuertemente en el suelo con fuerte golpe. De repente corrió a la habitación de Valentina.
Todo esta en su lugar, perfectamente ordenado, era como si ella se fuera a trabajar y va a volver.
Valentina, cortaste cualquier contacto conmigo. ¿Dónde estás?
Nathan se tambaleo, camino hacia la cama y vio una caja sobre ella. Extendió la mano temblando para abrirla. Un vestido rojo, un álbum de fotos y un anillo de bodas.
¿Quién compro este anillo?
Todavía recuerda que cuando le entrego el anillo, ella pregunto expectante.
Kevin, ¿Qué pasa?
Oh nada, pero creo que se ve bastante bien. Es muy bonito.
En ese momento Valentina bajo la cabeza, con un rastro de perdida en sus ojos. Resulto que él ya había notado esa perdida, pero ¿Por qué decidió ignorarlo?
Nathan sostuvo el anillo con fuerza, como para incrustarlo en la palma de su mano. Mirando el álbum de fotos extendió la mano y lo saco.
Resulto ser las fotos de su boda.
Pasando la primera pagina esta la foto de su beso. Los dos se tocaron los labios y eran tan hermosos como un retrato antiguo. En la foto, había una sonrisa en la comisura de su boca, tan obvia, pero no lo noto en ese momento. Paso página por página, era como darle vueltas a los recuerdos de cuando tuvo la felicidad en sus manos, pero la dejo ir. Incluso recordar la primera vez que los dos se conocieron, esta tan fresco en su mente como si fuera ayer.
Una noche en pleno verano hace tres años, en el ultimo piso del Grupo N.M.
El ultimo piso siempre ha sido un lugar para que Nathan se relaje después del trabajo, sube para fumar un cigarrillo, le gusta apreciar la vista nocturna de la ciudad y experimentar la sensación de estar en la cúspide de la gran ciudad de Londres.
Ese seguía siendo el caso ese día.
Pero cuando subió el último escalón, encontró a una chica sentada en el banco del ultimo piso del edificio, frente a él, con el pelo largo al viento este se movía con libertad.
Con la luz débil, Nathan miro su reloj. Ya eran las once, era muy tarde ¿no tiene miedo de estar aquí sola?
Soplo una ráfaga de viento, y un leve olor a fideos instantáneos salió repentinamente del aire, y el olor barato lo hizo fruncir el ceño.
Levanto los ojos y miro a la chica, solo para ver que estaba engullendo, como si tuviera frente a ella una deliciosa comida.
¿Es tan delicioso?
El, que siempre ha sido tan quisquilloso, abrió la boca inesperadamente.
Tal vez sea por que la chica fue la primera persona en subir al último piso además de él, tal vez sea porque solo quedan ellos dos en la empresa, tal vez sea por alguna otra razón desconocida…
---¡Ah!
La chica obviamente se sobresaltó, se puso de pie rápidamente, giro la cabeza y lo miro como un ciervo asustado.
---Tu… ¿Quién eres?
---Yo … yo también soy de esta compañía.
Nathan se metió las manos en los bolsillos y camino lentamente hacia la barandilla.
---Tu, no te acerques demasiado a la barandilla.
dijo la chica.
---Este es el piso treinta y cinco, es muy peligroso.
---¿Por qué estás aquí?
Nathan no le respondió.
---Subí solo para descansar.
Dijo la chica con voz tímida.
---La compañía es demasiado aburrida, así que subí y aproveche de comer algo ¿No te moleste?
---No.
De una manera extraña, Nathan cambio la palabra de “Si” a “No” abruptamente.
---Bueno.
asintió la chica.
--- Bajare después de que termine de comer.
---¿Por qué regresas tan tarde?
Nathan levanto las cejas, ¿Por qué no descubrió antes que la compañía todavía tiene empleados tan trabajadores?
---Yo …
La chica vacilo antes de decir.
---No importa.
---Valentina…
---¡¿Tu, como sabes mi nombre?!
Valentina se sobresaltó y rápidamente se levantó para mirarlo.
---En tu placa dice: ASISTENTE DEL DEPARTAMENTO DE RELACIONES PUBLICAS.
Dijo Nathan a la ligera, reprimiendo los latidos salvajes de su corazón que aumentaban gradualmente.
---Oh.
Asintió Valentina.
---Lo olvide.
Los dos no hablaron por un rato.
Los edificios de gran altura en la distancia están llenos de luces y estas brillan incesantemente; en el ultimo piso, los dos, uno comiendo fideos y el otro mirando el paisaje etéreo, no interfieren entre sí.
---Termine de comer.
Valentina, se puso de pie y le dijo a Nathan.
---La compañía cerrara en un momento, debes recordar bajar rápidamente o no podrás salir.
Nathan guardo silencio, por supuesto que lo sabía. ¿Pero la chica frente a él, no lo conoce?
---Entonces bajare.
Dijo Valentina nuevamente.
Nathan se giro para mirarla y asintió con la cabeza un sí.
Valentina asintió en respuesta y se volvió para irse. Mirando su espalda, Nathan sintió una sensación que nunca había sentido. Débilmente, como una pluma tentando suavemente su corazón.
Cuando bajo las escaleras y paso por el departamento de relaciones públicas, inesperadamente vio a Valentina todavía en la oficina. Había una pequeña luz amarilla tenue en su escritorio, y Valentina se acostó sobre la mesa y se durmió pacíficamente.
Mas tarde, nunca más la volvió a ver en el último piso, pero inconscientemente le prestó atención en su corazón. A menudo entra en la empresa en el ultimo segundo, siempre trabaja horas extras hasta tarde, y siempre hay una sonrisa cálida en su rostro.
Mas tarde, cuando su padre lo obligo a casarse, olvido donde escucho el consejo, de contraer matrimonio bajo un contrato. En ese momento, una figura apareció en su mente, y esa persona era Valentina Miller.
Reviso su información y supo que su padre había abandonado a su madre e hija, que ella tuvo que dormir en la empresa por un tiempo porque no podía pagar el alquiler y que tenia varios trabajos de medio tiempo a la vez.
De repente se decidió a firmar un contrato con ella, pensando que de esta manera su vida debería volverse menos difícil, ¿no?
Todavía recordaba la primera vez que le propuso este acuerdo, la increíble conmoción en su rostro, nada más que conmoción.
Mirándola a los ojos, Nathan se sintió un poco decepcionado. ¿No lo recordaba?
No es de extrañar, la luz de esa noche era tenue y la luna se oculto haciendo el paisaje mas oscuro. ¿Cómo podría recordarlo? Pero el la recordaba, recordaba el cabello largo, recordaba los ojos verdes…
Saliendo del recuerdo, Nathan extendió la mano y toco el rostro sonriente de Valentina en el álbum, aceptando que perdió la felicidad de su vida.
Resulto que recordaba cada detalle sobre ella, lo recordaba claramente. Las cosas que ignoro en el pasado surgieron escena por escena.
Miro hacia el apartamento. El sofá de la sala de estar era donde podía ver la televisión, la cocina era donde preparaba torpemente y el dormitorio era donde podía relajarse. Su recuerdo estaba en cada espacio del lugar.
Pero ahora, ella se ha ido.
Han pasado tres días, sin hospital, sin departamento, sin empresa, sin casa…
¿Dónde estás?
Las lagrimas se deslizaron por las mejillas de Nathan y cayeron sobre el álbum de fotos.
Nunca acepto lo importante que era Valentina para él. No fue hasta el momento antes de abordar el avión que de repente entendió. Que por mirar hacia atrás por un pasado que no va a volver, te puedes perder mil nuevos caminos por recorrer.
Resulto que Valentina había entrado silenciosamente en su corazón hace mucho tiempo, pero obstinadamente se aferro a un contrato, no dispuesto a olvidar el pasado. Y cuando pudo vivir ese amor, una vez más permitió que ese pasado, irrumpiera en su felicidad.
Ahora no hay más risas, no habrá ojos cálidos. Nunca más.
¡Te compre, pague por ti!!
¿Cómo podría decir tal cosa? ¡Era un bastardo!
---Valentina…
Nathan abrazo el álbum con fuerza entre sus brazos.
---Por favor vuelve … Me equivoque… Por favor, no te vayas tan calladamente…
Su corazón, está vacío.
Nathan no quería pensar en los días sin Valentina por el resto de su vida, se estaba volviendo loco cuando no pudo encontrarla en solo tres días. Este tipo de dolor es cien veces más doloroso que cuando perdió a Sansa.