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1716 Words
Estoy embarazada Punto de vista de Tanya La puerta cerrada de golpe tiembla terriblemente, haciendo un ruido fuerte que llama la atención de todos; así que todos se voltean para enfrentar a Marco mientras sale de la habitación 401. Sorprendida, me doy cuenta de que he subestimado su altura y su enorme tamaño. Es al menos una cabeza más alto que todos en el pasillo y sus ojos fríos y helados escudriñan a la multitud con una sola mirada rápida. —¿Cuál es el problema? —dice, apoyándose en la entrada de su habitación con un vaso de whisky en sus manos— No nos dejan dormir. —Es esta zorra —grita Alina—. Engañó a su novio. —¿Es eso así? —me mira como si nunca antes me hubiera visto en su vida entera— Y ¿qué te hace pensar eso? —pregunta calmadamente, sus ojos aún fijos en mi rostro. —¿Qué? —Alina pregunta, confundida por la pregunta. —Entras marchando aquí —se voltea hacia ella, parándose erguido y dominando a todos con su increíble físico—. Gritando y chillando a todo pulmón que esta chica linda acaba de engañar a su novio como si la hubieras encontrado en la cama con otro hombre. A pesar de mi incómoda situación, me ruborizo ligeramente al escuchar que me llama linda. No es la primera vez que me lo dicen, de hecho, me han llamado linda muchas más veces de las que han dicho mi nombre; pero, de alguna manera, la forma en que él lo dice enciende mi cuerpo y tengo un rápido flashback de los eventos de la noche anterior. La multitud murmura y se vuelve hacia Alina y Brandon en busca de una explicación. De hecho, parece extraño que simplemente hayan irrumpido en el hotel y empezado a acusarme de infidelidad sin pruebas. —¿No lo ven? —grita Brandon a la multitud— Tiene el cabello desordenado y fíjense en sus ojos hinchados. —Anoche fue salvaje —responde Marco, su gruesa voz de bajo fácilmente opaca la de Brandon y acapara la atención de la multitud—. Todos estaban celebrando el compromiso de Eric y Lily. Había bebidas gratis por todas partes. Se espera que la mayoría esté con resaca, y al igual que esta chica aquí, tendrían los ojos cansados e hinchados, con el cabello revuelto; resultado de la fiesta de anoche. Alina y Brandon intercambian miradas nerviosas. El sentimiento público ya está virando a mi favor y parece que su malévolo plan se les está volviendo en contra. —¿No ves que ella…? —balbucea Alina— Y, por cierto, ¿tú quién eres? Marco sonríe, exactamente como sonríe un villano. — Soy solo un huésped de este hotel al que ustedes acaban de perturbar el sueño con sus gritos y acusaciones sin confirmar, así que es justo que lleguemos al fondo de esto. Es lo mínimo que pueden hacer por nosotros por perturbar nuestro sueño —grita lo suficientemente fuerte como para que lo escuchen y todos parecen estar de acuerdo. Enojado, Brandon se acerca más a Marco. Brandon es uno de los hombres más grandes de nuestra manada, pero incluso él parece una criatura pequeña comparado con Marco. —Aléjate de esto, hombre —gruñe Brandon, respaldando sus palabras con un poder feroz—. Esta no es tu pelea. —Pero sí lo es —Marco gruñe y el poder crudo que emana de él es tan fuerte que hace que Brandon aparte la mirada y empuja a la multitud un paso más lejos de él. Me maravilla su poder y su carisma, y apenas puedo creer que haya pasado la noche con un hombre tan poderoso. —Supongo que eres su hermana —se dirige a Alina, y ella se retrae ligeramente ante su atención—. ¿Por qué estás tan ansiosa por acusar a tu hermana de ser infiel? Incluso si su novio es paranoico y cree que su novia le está siendo infiel, ¿no deberías defender a tu hermana y demostrarle que está equivocado? En cambio, eres tú quien está instigando la acusación. Ambos parecen estar muy seguros de que ella engañó cuando ni siquiera ha estado en su habitación. —Dame tu tarjeta de acceso —me susurra y se la paso rápidamente. —Miren aquí —grita a la multitud—. Su tarjeta de acceso dice 401 y ni siquiera está allí todavía. La atención de todos se dirige hacia la habitación 401 y el hombre de negocios gordo, viejo y rico que está parado, medio desnudo, junto a la puerta. —Me pregunto qué hace este viejo en su habitación —se ríe Marco—. A menos que ciertas personas hayan conspirado para incriminar a esta joven inocente. El viejo debe darse cuenta de que el plan ha fracasado y decide salvarse tirando a Alina bajo el autobús. —Todo fue idea de ella —grita con su voz ronca y áspera, señalando a una Alina pálida—. Todo fue idea de ella. Se suponía que debía atraer a la chica aquí. Ya le pagué la mitad de lo acordado y ella no cumplió su parte del trato. —Alina —Marco sonríe—. ¿De qué está hablando? —¡Tonterías! —Brandon grita y se dirige enfurecido hacia el hombre gordo y viejo, lo aparta y abre de par en par la puerta—. Definitivamente durmió en esta habitación... Todos lo siguen pero no encuentran rastro alguno de que haya entrado en la habitación. —Supongo que el viejo está diciendo la verdad —dice Marco—. Deberías irte antes de que la multitud decida castigarte por perturbar su sueño —Brandon quiere pelear, pero Alina le agarra las manos y se van apresuradamente del hotel en medio de la condena de la multitud. La emoción pronto se calma y todos los invitados regresan a sus habitaciones, hablando sobre el evento de la mañana. Quiero agradecer a Marco, pero él me mira fijamente y se va a su habitación, cerrando la puerta detrás de él. Pasaron semanas, y estoy de vuelta en la tienda de perfumes, pero aún me resulta muy difícil olvidar el evento de ese día. No por la traición de Alina y Brandon, sino por el heroísmo de Marco. No lo conozco, pero me ha salvado de una vergüenza aplastante. Si Alina y Brandon hubieran salido con la suya, me habrían etiquetado como ingrata y tramposa. Es suficientemente malo que la mayoría de la gente no me vea como un verdadero m*****o de la manada, ya que no he logrado manifestar a mi lobo, si tienen una verdadera razón para expulsarme, ya lo habrían hecho. Me rio ligeramente recordando cómo Marco ha destruido fácilmente los planes de Brandon y Alina. Es tan despiadado con sus palabras que me hace estremecer de admiración y miedo. También es muy atractivo y a veces me imagino envuelta en sus brazos. Aunque no puedo recordar claramente los detalles de lo que sucedió cuando pasamos la noche juntos, recuerdo lo suficiente como para saber que se siente realmente bien. —Recupérate —me regaño a mí misma—. Ni siquiera lo conoces. —¡Hola chicas! —sonríe Malik mientras se ajusta el abrigo al cuerpo mientras sale de la tienda— Me voy, vuelvo enseguida. —Por supuesto, jefe —se ríe Clara—. Nosotros cuidaremos el lugar. —Confío en que lo harán —sonríe Malik de vuelta—. ¿Estás bien, Tanya? —me pregunta y asiento. —Es tan lindo, ¿verdad? —me dice Clara después de que Malik se va de la tienda y fuera de oído. —Está casado —me río. —Esa es la única razón por la que no lo estoy acosando —se ríe ella—. ¿Estás segura de que estás bien? No te ves bien. —Estoy bien —sonrío—. Solo cansada. —Okay —responde y se vuelve a su trabajo. Clara es la dependienta de la tienda. Mientras yo me concentro en crear perfumes, ella se encarga de llevar el inventario y asegurarse de que los perfumes sean lo suficientemente buenos para la venta. Aunque somos colegas, nunca nos hemos unido realmente, por lo que es difícil decirle que no estoy bien; que me siento extraña desde esa noche en el hotel. —Estoy bien —me repito por enésima vez, ignorando la ardiente náusea en mi estómago y concentrándome en mi trabajo. Ya he vomitado cuatro veces ese día y Clara ya me está mirando de manera extraña. Intento ignorar la náusea que se acumula dentro de mí, pero sólo se hace más fuerte y tengo que correr al baño para desahogarme. Cuando salgo, Clara me está esperando afuera, con las manos a los lados y mirándome fijamente. —¿Qué pasa? —pregunto, tratando de protegerme de su mirada penetrante. —Estás embarazada —pronuncia y se acerca a mí, abriendo mis párpados y frotando sus manos en mi estómago—. Sí, definitivamente estás embarazada. No me di cuenta de que ya estabas acostándote con Brandon. —¿Qué? Es imposible —protesto—. No puedo estar embarazada. La aparto y camino hacia mi puesto, ignorando la mirada inquisitiva de Clara. La única persona con la que he tenido relaciones sexuales es Marco, un completo desconocido del que no sé nada. Aunque trato de negarlo y refutar las palabras de Clara, sé que probablemente tenga razón. He notado los síntomas, pero no quiero admitirlo. Pero necesito confirmación para saber realmente con certeza. —Me voy temprano —anuncio a Clara y salgo de la tienda antes de que ella pueda detenerme. Camino rápidamente hasta la farmacia más cercana, compro una prueba de embarazo y voy a casa. En mi prisa, choco con Alina pero la ignoro por completo. Afortunadamente, ella también me ignora y voy al baño para hacerme la prueba. Contengo la respiración mientras espero el resultado. —¡Dios mío! —chillo cuando sale el resultado, y la prueba de embarazo cae de mis manos temblorosas— Esto no puede ser verdad.
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