Había pasado un par de horas y todavía no tenía noticias de mi padre. Ashton amablemente fue a la cafetería y me trajo un café, en todo momento parecía atento y trataba de distraerme con conversaciones. Pero mi mente estaba en otro sitio. No pasaron muchos minutos cuando un doctor se nos acercó. —Usted debe ser la señorita Garay, soy el doctor Fonseca, el médico cabecera de su padre—se presentó de inmediato estrechando su mano, le correspondí el saludo cortésmente sin dejarlo de ver—. Su padre se encuentra estable, pero me gustaría hablar con usted en privado en mi consultorio—mencionó viendo a Ashton. Ashton amablemente me dijo que se iría a su departamento a descansar, eran más de las dos de la madrugada. —Cualquier cosa que necesites no dudes en llamarme o buscarme—dijo dándom