Una terrorífica conquista

1637 Words
Una terrorífica conquista La obsesión por tener el poder universal había enceguecido a Elian, las ansias de controlarlo todo, hicieron que en su corazón se eliminará cualquier sentimiento de piedad; durante toda la noche bebió de una forma descomunal, y salió hacia la luz de luna, esta estaba llena en su completo esplendor, que solamente fue suficiente una leve mirada, para que el licántropo comenzará a transformarse en su forma más bestial. Sus ojos se sobresaltaron y todo su cuerpo se llenó de pelo, su ropa se rompió a causa de su aumento de tamaño, sus garras estaban afiladas, y su mirada era malévola, se fue hacia el oscuro bosque de Charleston y dio unos fuertes aullidos a la luna, de repente salió corriendo ferozmente hasta su mansión. Sophie estaba en su cama, cuando sintió el ruido de la puerta de su habitación abrirse, su corazón se congeló de un sobresalto, frente a ella estaba una bestia de más de dos metros de altura, que tenía sus ojos rojos, sus garras gigantes, apenas la respiración de Elián se agitó, y se acercó a ella, la comenzó a olfatear, mientras que los nervios de Sophie le jugaron una mala pasada y dejó caer un par de lágrimas, no podía musitar palabra. “¿No me reconoces?” Elian le preguntó con una voz como salida de ultratumba “No me hagas daño por favor” le respondió ella con voz temblorosa. “Hoy serás mi mujer, eres mi luna y estoy dispuesto a seguir nuestros destinos, me gusta como huele tu miedo, alborota mis instintos” Elian se agacho y con su nariz olfateó cada uno de los espacios del cuerpo de Sophie, mientras que ella no dejaba de temblar despavorida. “Yo soy tuya, pero quiero serlo en tu forma humana, convertido en esta bestia me das miedo” “No debería darte miedo, si estas enamorada de mi deberías saber que también debes aceptarme en mi forma animal, ahora desnúdate preciosa” Elian se acercaba cada vez más a Sophie, ella se sentía realmente pequeña al lado de esa bestia, puso sus manos delante de ella, mientras que con su mirada le suplicaba. “Elian, mi amor, tú eres mi gran amor, te amo con el alma, pero me da mucho miedo verte como estas ahora, además no entiendo como podría ser tuya mientras que estas convertido en licántropo” Elian movía su cabeza sigilosamente, al mismo tiempo que la olfateaba, sus grandes garras comenzaron a acariciar las piernas de Sophie, ella apenas se estremecía, era increíble que Elian fuera a hacerla suya de esa manera, sería algo completamente catastrófico para ella. “esta es la mejor forma de hacerte mía Sophie, te puedo poseer de manera natural, soy el gran y real Elian Blackwood, y quiero poner mi hijo en tu vientre, entonces no quiero que pongas ninguna oposición, tú lo has decidido, y ahora estás aquí para complacerme” “No Elián, por favor espera, vas a lastimarme” Elian no atendía las súplicas de Sophie, por el contrario, parecía que sentir su miedo excitaba aun más sus sentidos, se abalanzó sobre ella, que aún seguía recostada en la cama, la tomó por los brazos y se los echo de para atrás, mientras que Sophie tenía la respiración completamente entrecortada. El comenzó a lamerle la cara como si se tratara de un perro, su lengua carrasposa le causaba estragos a la piel de Sophie y ella no podía evitar hacer gestos de dolor, gestos que Elian disfrutaba. Sin preguntarle nada le desgarró su pijama de un solo jalón dejándola completamente desnuda, el pecho de Sophie subía y bajaba agitado, una lágrima rodó por su mejilla a causa de su nervios. “No llores Sophie” la voz gruesa de Elian inundó sus oídos “Que seas mía es lo que más anhelabas, ha llegado el momento de poseerte” Elian abrió las piernas de Sophie con rudeza, y se puso sobre ella, su tamaño aprisionaba el cuerpo de Sophie, causándole dolor, ella se quedó viéndolo fijamente, esperando al doloroso momento de que él la hiciera suya, mientras que las garras de Elian acariciaban los muslos de Sophie. Sus manos peludas no le causaban ningún tipo de excitación a la mujer, sin embargo, ella se mentalizo que, si tal vez él la poseía en esa forma, la haría su mujer, y eso era lo que ella realmente quería, tener un hogar y ser la esposa del gran licántropo. Sophie comenzó a sudar, no dejaba de respirar agitado, cuando de repente, como si fuera un animal, Elian abrió sus piernas bruscamente y de una sola arremetida entró en ella. Sophie dio un grito desgarrador, sintió como si le estuvieran clavando un gran puñal en su zona íntima, no soportaba el dolor que estaba sintiendo al recibir al hombre que ella amaba en su forma más natural y bestial. Elian clavó sus ojos en los de ella y no dejaba de poseerla mientras que Sophie se moría del dolor, ella estaba estática, ni siquiera podía moverse, sus caderas estaban quebradas, y su entrepierna lamentaba cada uno de los movimientos bruscos que, hacia el licántropo, él la estaba desgarrando. “¡Para por favor! Me estas haciendo daño, mi amor, para por favor” Las súplicas de Sophie no se hacían esperar, estaba desesperada por el dolor que la causaba la posesión de Elian, sentía casi el mismo dolor de cuando los hombres habían abusado de ella. Dentro de si comenzó a sentir extrañas sensaciones, varias imágenes vinieron a su cabeza, imágenes de la diosa Cleopatra riéndose en su cara disfrutando su dolor, también pasaron por su cabeza, imágenes de guerra, las mismas imágenes que ya había visto desde que estaba pequeña en sus pesadillas, y eso incrementa su dolor. “No pararé hasta no estar satisfecho, tu eres mi mujer y debes complacerme” Elian no dejaba de repetirle con su voz de ultratumba. Sus garras detenían las manos de Sophie sobre su cabeza impidiendo que ella se moviera, ella ni siquiera supo cuántos minutos pasaron debajo de esa gran bestia, hasta que se desmayó quedando Inconsciente. Ya era el día siguiente, la luz de la ventana anunciaba que ya había llegado el amanecer, Sophie abrió lentamente sus ojos, inmediatamente lo hizo, su cerebro comenzó a recordarle lo que había pasado, intentó enderezarse pero el dolor en su cintura y en sus caderas se lo impedían; se giró para ver a su lado, y se encontró con el maravilloso cuerpo de Elián, quien estaba profundamente dormido sobre su pecho, él era bastante musculoso, su tono de piel moreno hacía resaltar su cuerpo, ella jamás lo había visto desnudo y mucho menos durmiendo, su cabeza aún estaba enceguecida, si que se agachó sobre él y le dio un beso en la espalda y lo acaricio. “Buenos días, mi amor” él apenas esbozó un gruñido para que lo dejara seguir durmiendo. Sophie se levanto como pudo, pero a duras penas podía caminar, lentamente se fue para el baño a revisar el estado en el que estaba su cuerpo, por fortuna para ella, él no le habia hecho daño con sus garras, se sentó en el retrete y sintió como un dolor invadió su pelvis, era como su por dentro de ella hubiera pasado un huracán. Fue casi que imposible reprimir los gritos que el dolor le causaba, pero para que Elián no se diera cuenta tapo su boca con las dos manos, dejando salir de ella el dolor. Se dio una pequeña ducha de agua tibia para aliviar el dolor, pero cuando salió de nuevo a la habitación, Elian ya no estaba acostado en la cama, se había ido. Sophie se vistió con lo primero que encontró y salió a buscarlo, él estaba acostado en su gran cama en su habitación, ella entró lentamente y se sentó sobre la orilla de la cama, aun no podía reprimir su dolor. “¿Por qué te has ido de mi lado?” le preguntó ella con ternura “Odio tu cama, me gusta descansar en la mía, fue una larga noche” Sophie sonrió tímidamente pensando que se refería a lo que había hecho con ella la noche anterior. “¿Te gusto lo que pasó entre los dos Elian?” ella de nuevo acarició su espalda. “No me toques Sophie, no te confundas, mi interés es que seas mía, pero entre los dos es poco probable que exista una relación sentimental” él la cortó de inmediato con sus frías palabras. “Elian, pero si estoy enamorada de ti, ya fui tuya, y lo hice soportando tu forma natural, sin importar el dolor que causaste en mi interior, es la prueba de amor más grande que te he podido dar” Elian se enderezo y le dio y un gran gruñido con ira. “La prueba más grande amor que puedes darme es un hijo, si quieres realmente ser mi mujer y que me case contigo, debes darme un hijo en menos de un mes Sophie Robinson, de lo contrario, olvídate de que yo existo, además serás condenada al peor de los castigos, una luna jamás debe desobedecer a los designios de su alfa” “No entiendo nada, cada día que pasa todo esto es peor Elian, por favor” Sophie no comprendía cuál era su obsesión para que le diera un hijo, pero haría hasta lo imposible por complacerlo. “¡Ahora lárgate de aquí!” Elian le dio un fuerte grito, dejando a Sophie aterrorizada “¿Qué esperas? ¡Lárgate!” Ella salió a paso lento, pues ni siquiera podía caminar, pero en ese mismo instante maquino en su cabeza lo que iba a decir para ser la amada de su gran alfa.
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