Su mano esta entrelazada con la mía mientras caminamos por la galería, él me habla acerca de los diferentes negocios que hay aquí y de la historia de este lugar, pero la verdad es que no puedo prestarle mucha atención. Solo me puedo perder en sus ojos y pensar en la suerte que tengo porque un hombre como él se haya fijado en alguien como yo… De repente, suelta mi mano y rodea mi espalda con su brazo haciendo que nuestros cuerpos queden pegados mientras seguimos caminando —¿Por qué tan pensativa? — me pregunta mirándome e inevitablemente rio de nervios. —No, nada… solo te miraba…— confieso y es él quien ahora me sonríe y vaya que es guapo cuando lo hace… —¿Y puedo preguntar que ves? — cuestiona haciendo que nos detengamos en la mitad del camino. Mira a su alrededor, y por algún motivo