—¡Dios! ¡¿Pero cuanta ropa tienes?!— Me quejo entre risas cuando ya estamos llevando la última tanda de ropa a la ahora nuestra habitación. —¿Me lo preguntas tú? ¿Acaso no has visto tu habitación aparte para la ropa? — Me pregunta mientras deja todo sobre el sofá y yo hago lo mismo. Sonrió –Eso es diferente, tú has comprado todo eso, yo solo vine con un par de maletas. — Me defiendo, pero el verle acercarse a mí de la manera que comienza a hacerlo, me pone muy nerviosa. Él no me dice absolutamente nada, solo me rodea por la cintura y hace que mi cuerpo se pegue al suyo –De acuerdo, tu punto es válido.— Dice divertido –Y respondiendo a tu reclamo, soy un ejecutivo de la empresa Salvatore Ferrara, una de las empresas más importantes de moda, imagínate que no puedo utilizar siempre la mism