Book 2 Capítulo 3: Eres real.

3329 Words
Capítulo 3: Eres real. "Desde el momento en que vi tu mirada, me derretiste con esa mirada" - Cuando nadie ve, Morat. — ¿Tu crees que a este regalo le queda mejor el color azul o el verde? Mire el regalo que Daniela sostenía en sus manos, la caja de unos audífonos, de esos tipo diadema, eran color blanco y n***o. Me había sido muy difícil encontrar los regalos a David puesto que no lo conocía mucho y no sabía que usaba normalmente. Lo que más ganas tenía de regalarle eran unos tenis para jugar fútbol pero como no sabía que número calzaba eliminé esa opción. Pero si me hubiera gustado para que así le dieran ganas de volver a jugar al futbol porque con la universidad y el trabajo le quedaba un poco difícil y a mi me gustaría mucho verlo jugar así sea por videollamada. Lo que sí había hecho, era llenar una caja de muchos dulces, la decore de una forma tan bonita en menos de 30 minutos, de esta manera cuando David abriera la caja, las palabras Te amo se leería de primero. Habíamos prometido que solo nos diríamos Te amo en persona, frente a frente, labio contra labio... Esa parte no la habíamos dicho pero sería interesante que si fuera así. En fin, hoy por fin era el día en el que le diría esas palabras, después de meses de tenerla atoradas en mi garganta y recordemos que no eran solo los meses que llevábamos de novios, que por favor, esos casi no contaban para mí. Contaba el más de un año que yo llevaba enamorada de David, desde el primer día en el que lo conocí en la aplicación de citas. Bendita aplicación para citas. El destino nos había puesto ahí, a los ojos del otro y amaba tanto saber que me había puesto frente a una persona tan maravillosa como lo era mi novio y agradecía aún más el que Dios, la vida, el destino... Lo que fuere, hubiera puesto a David justo frente a mis ojos. Quería creer que la vida me había dicho: Toma a este pendejo y amalo, no lo sueltes, por fin encontraste lo que querías, ahora no lo dejes ir. Y yo a partir de hoy no quería soltarlo nunca más, tendría que volver a la ciudad donde vivía actualmente claro, pero volvería con la felicidad de por fin haber conocido al amor de mi vida y de haber podido estar entre sus brazos unos pocos minutos. Mi teléfono vibró en el bolsillo trasero de mi jean, lo tomé y me fijé que me había llegado un mensaje de mi novio. Dave bonito: Bien. Mis dedos se quedaron estáticos ante su respuesta tan cortante y poco expresiva. ¿Bien? ¿Qué significaba solo bien? Seguro que aún estaba enojado porque para él yo había estado mucho tiempo con Allan, pero no, yo estaba de camino a este ciudad por él para verlo a él, pero eso aún no podía saberlo. — Dani, le pregunté a David que cómo iba su día y solo me respondió un bien, ¿Qué le digo? — le pregunté a mi mejor amiga que aún seguía mirando si era mejor el papel azul o el verde — El azul. Había olvidado que ella me había preguntado acerca del color, Daniela tomo el papel de color azul y con este en sus manos me miró fijamente sonriendo maliciosamente. — ¿Qué planeas? No me ha gustado nunca tus planes cuando sonríes de esa manera. — Dile a tu novio que irás al cine con Allan. — Ni muerta, es su cumpleaños, no quiero darle ninguna mala noticia para que la pase mal en su cumpleaños, no y no. Ves, yo sabía que tú tendrías un plan bien malo para eso, no te vuelvo a preguntar nada a ti. — Hay que hacerle una pequeña broma, ya se le pasara cuando te vea y sepa que todo fue mentira. Lo pensé un poco mejor y quizás de esa forma si era buena idea decirle que iría al cine con Allan, él se enojaría y después todo su enojo quedaría en el olvido pues se dará cuenta que nada fue real y que yo estaba a pocos minutos de él. — Está bien, lo haré — dije a mi amiga aún con muchas dudas — pero si mi relación peligra es por tu culpa y tú serás la única culpable de mi desgracia. — Deja de ser tan dramática y dile eso, no pasará nada malo. Suspiré hondo y comencé a escribir el mensaje que, o bien podía llevarme a la desgracia o bien podría hacer de este día horrible, el mejor del mundo. Yo: ¿Solo bien? ¿Qué harás más tarde? Yo iré al cine con Allan así que cuando pueda te escribo, te quiero bonito. Mordí mi labio inferior al tocar el botón de enviar, un trueno en ese momento me hizo brincar del susto, con una mano en mi pecho voltee a mirar a Daniela quien tenía las manos en sus oídos. Me acerque a ella. — ¿Estás bien? — ella poco a poco retiro las manos de sus oidos. — Me da miedo el sonido de los truenos — rodé mis ojos. — Ya paso, relájate. ¿Queda algo más por envolver? — Daniela negó con su cabeza. Mi teléfono vibró en ese momento y lo tome rápidamente, David me había respondido el mensaje, respiré hondo antes de leerlo, no estaba preparada para cualquier respuesta que fuera a darme. Dave bonito: Ah, que bien . Espero que la pases muy bien con tu nuevo amigo, yo me quedaré en casa, no tengo ganas de hacer nada por hoy. El alma se me fue del cuerpo, no no no, no podía no ir a la fiesta, mí sorpresa se iría a la mierda si David no asistía a su propia fiesta de cumpleaños. — ¡David no irá a la fiesta de cumpleaños! — grité a mi mejor amiga, ella abrió sus ojos al mirarme y tiro todo lo que tenía en sus manos al piso. — ¿Qué? Eso es imposible — tomó su celular y comenzó a escribir un mensaje a alguien con el entrecejo fruncido. — Dios mío, ¿Qué voy a hacer ahora? Maldito día horrible, una señora murió a mi lado y estuve varias horas al lado de su cuerpo sin darme cuenta, no ha parado de llover, mi novio ni quiere ir a la fiesta, no lo voy a conocer. Odio mi vida. — Cálmate, llamaré a mi contacto y le diré que le diga a los amigos de David que vayan por él. — ¡Que si vaya, que si vaya! — tenía mis dedos cruzados y rezaba para que él si fuera a la fiesta. Daniela no se despegaba de su teléfono y yo tenía aún más nervios de que no fuera a los nervios que tenía de conocerlo. Metí mi cabeza debajo de la almohada y no la saqué hasta que Daniela dió un grito de felicidad, la miré rápidamente. — Un tal Flash y Julián irán por David, les tuve que contar la verdad y así van a ayudar mejor con la idea. — ¡Ay que vergüenza! Seguro piensan que es mentira, ¿Cómo les hablaste tan rápido? — Bebé pasaron 25 minutos, pude hacer mucho en ese tiempo. ¿Qué? El tiempo había pasado volando, yo creía que solo habían pasado unos cinco minutos. — Ah, y al parecer Flash si sabe que tú existes, se emociono mucho cuando le comenté el plan. — No conozco a ningún Flash, los amigos que conocí de David eran Samuel, Mateo y Gabriel. No sé si a alguno le dirán Flash. — Quien sabe, bueno, ve a cambiarte que ya enseguida nos vamos, el plan sigue en pie. — aplaudí emocionada. — Vale, me voy a arreglar, ya se me seco el cabello de la ducha de ahora así que solo me vestire. Ducha que había disfrutado demasiado y en la cual había restregado demasiado mi cuerpo dejando marcas rojas pero con ello olvidando un poco el hecho de que había tocado a una mujer muerta. Yo no era de ponerme muchos vestidos pero había traído uno porque la ocasión lo ameritaba, pero con este clima me iba a resultar muy difícil salir con el, ya que era un poco corto y la espalda era totalmente descubierta y yo no quería morir de frío, además con la emparamada de esta tarde, lo menos que quería era sentir frío de nuevo, por lo que opte en ponerme uno de mis sacos de lana favoritos, color blanco y un jean. No era la mejor pinta para conocer a mi novio, pero no había traído más ropa y Daniela era mucho más grande que yo por lo que su ropa no me serviría. Me cambié allí mismo porque no me daba pena de estar en ropa interior delante de Daniela y no era la primera vez tampoco. — Fiuuuuu Fiuuuuu — mire a Daniela al hacer ese sonido — Que cuerpo mujer, te llevaste todas las curvas que a mí me hacen falta. — No seas boba — reí por su comentario. — me odio por no haber traído más ropa, hoy tenía que ser un lindo día pero no, hasta el momento está siendo de lo peor. — Ya verás que el día va a mejorar, y con lo que sea que te pongas te verás hermosa, David te ama a ti no a lo que uses, con una bolsa de basura o sin ropa, te amara igual — ella puso una de sus manos bajo su barbilla — aunque creo que sin ropa te va a amar aún más y es que lo digo yo que ya te ha visto en ropa interior. Me fui sonrojando poco a poco, yo no le había contado nunca a Daniela que David y yo hacíamos esas cositas por chat o vídeo llamada, era nuestro secreto, era nuestra intimidad. Había tenido muchas ganas de contarle porque era mi única amiga pero no lo había hecho por respeto a mi novio. — ¿Por qué te está sonrojando? — preguntó mi amiga entrecerrando sus ojos. — Nada — respondí rápidamente, Daniela enarcó una de sus cejas, suspiré — solo estaba pensando en cómo sería eso, ya sabes, con David. Me fui por el camino fácil y a ella pareció convencerla. — ¡Será increíble! Será un momento que no vas a olvidar nunca, y si lo haces con la persona correcta no te vas a arrepentir nunca. — David es mi persona correcta. — Lo sé, y tú eres la correcta de él. Cerré los ojos imaginando ese momento y podía ser hoy pero no estaba preparada y no quería que el mismo día sucediera todo. No estaba lista aún para ello. — Se nos está haciendo tarde, muévete. Me seguí vistiendo y ella hizo lo mismo. Me maquille un poco, nada muy exagerado, siempre me había gustado que mi piel respirara y se sintiera fresca y con un maquillaje muy cargado no lo iba a lograr. Así que solo me delinee la línea de el párpado superior, puse máscara para pestañas que hacia que estás tuvieran un efecto de realce y se vieran más largas y también coloqué un poquito de blosh en mis mejillas y en mi nariz, me gustaba el efecto de día en la playa, con la nariz y los pómulos bien rojitos. Por último y no menos importante, pinte mis labios de un rojo intenso, color con el cual hacia mucho contraste pues mi piel pálida y mis ojos grises junto con el labial rojo me daban un aire de mujer sexy y que quería arrasar con todo esa noche y si, eso era correcto. Hoy iba con todo por mi novio. — Te ves tan linda — comento mi mejor amiga. Baje la vista a mi atuendo, aún no me convencía mucho pero ya no podía hacer nada, iría con el saco blanco, un jean azul oscuro sencillo y mis convers blancos. Así como normalmente iba a la universidad y odiaba eso, no quería ir como si fuera la universidad pero por no tener planeados más atuendos me tocaría ir así. — Pediré el Uber mientras tú terminas de maquillarte, y llevamos todos estos regalos. — Perfecto, toma — me pasó su teléfono — en el primer chat está la dirección. — Okay. Busque la dirección en el teléfono de Daniela, justo en ese momento le entro un mensaje, lo leí sin querer desde la parte de las notificaciones. David: Me encantó estar contigo. ¿Qué? O sea, ¿Qué? Daniela tenía novio y que yo sepa, no se llamaba David. Me voltee furiosa hacia ella. — ¿Porqué David te envía un mensaje diciéndote que le encantó estar contigo? — pregunté realmente molesta, no podía pasarme a mi también el cliché de mi mejor amiga y mi novio teniendo una aventura. Vi como Daniela palideció y volteó a mirarme con sus ojos muy abierto. — ¿Daniela como pudiste hacerme esto? — ¡No es tu David! — exclamó y corrió hasta llegar a mi lado. — Es otro David que conocí hace poco, mira. Ella abrió el mensaje que había llegado recién y me mostró la foto de perfil, no era mi David y un suspiro de alivio salió de mi. — Perdóname, es que leí el nombre de David y mi cabeza dio tres giros. Lo siento mucho. — No te preocupes, no pasa nada, lo entiendo. — ¿Estas engañando a tu novio? En ese momento el teléfono de Daniela sonó y ambas bajamos la vista, había un nuevo mensaje de Flash, Daniela entró al chat rápidamente. Flash: Listo, en 10 minutos llegamos a la fiesta con David, no sé que le pasa pero parece como deprimido, aún así logré convencerlo y ya estamos en camino. Daniela y yo dimos un grito de emoción, la abracé. — ¡Tenemos que salir ya! — Daniela corrió a organizar sus cosas mientras yo copiaba la dirección y abría la app de transporte, el primero que salió fue el que acepte, debíamos de llegar ya, el teléfono anunció que quedaban 4 minutos para que el auto llegara y se lo hice saber a Daniela con un grito. Tomé un bolsito pequeño que había traído dentro de la maleta, en el bolsito solo me cabía el teléfono y mi cartera, lo cual era perfecto. Recogí con delicadeza todos los regalos que habían en la cama para no estropear ninguno, lo bueno era que la casa de Daniela era un primer piso por lo que al salir ya daba a la calle y no tendría que caminar mucho con todos los regalos encima. — Danie, toma los regalos que aun faltan de la cama, ya no puedo con ninguno más. — ¡Bueno! Salí de la habitación y caminé hasta la puerta tratando de no chocar con nada. — Te ayudo — oí la voz de la mamá de Daniela y sentí como perdía un poco de peso de los regalos. — ¡Muchas gracias! Casi dejo caer alguno. — Lo noté querida —reí un poquito y escuché como sonó el claxon de un auto. — ¡Daniela llegó! — grité haciendo que la mamá de mi amiga brincara en su sitio, la miré con las orejas rojas de la vergüenza — Perdón — ella negó con la cabeza y detrás venía Daniela corriendo, nos adelantó y abrió la puerta. Subí al auto acomodando primero los regalos, Daniela subió en la parte de adelante. Había entrado rápido para no mojarme pues aún seguía lloviendo aunque no tanto como antes. — Buenas noches señor — dijo Daniela nada más subir y yo nuevamente me avergoncé por mis malos modales. — Buenas noches — el señor muy amable nos respondió el saludo, cerré la puerta de mi lado derecho y el viaje inició. Entrelace mis manos en mi regazo como había hecho esta mañana en el bus, el auto comenzó a parar y me preocupé. Miré por el vidrio de adelante y me dí cuenta de que habíamos parado en un trancón de autos. — ¡Ay no! ¿Señor, no se puede devolver y tomar otra vía? Tenemos que llegar rápido a nuestro destino. — pregunto Daniela. — Lo siento señoritas, ya no tengo forma de devolverme — miré hacia atrás y en efecto, habían muchos autos ya tras nosotros. — Danie — la llamé — ¿Y si nos bajamos y caminamos hasta llegar a una vía menos congestionada? — ¡No! cómo se te ocurre decir eso, mira que esta lloviendo y tu ya estas empezando a hablar ronca, acá nos quedamos hasta la hora que sea. 45 minutos después el auto por fin comenzó a moverse y yo dejé de jugar en mi teléfono y miré por la ventana todo el camino, mi corazón estaba latiendo muy rápido, estaba a pocos metros de él, mi cuerpo lo sabía, ya estábamos cerca. El auto frenó y pude saber en que casa era la fiesta pues se veían luces en muchas direcciones y de diferentes colores, el ruido de la música oculto un poco el sonido del latir de mi corazón quien ya estaba a punto de salirse de mi pecho. Daniela abrió la puerta y bajó del auto, yo saqué el dinero y le pagué al conductor la tarifa del viaje, Daniela abrió mi puerta y llegó con un chico quien me ayudo a salir. — ¡Hola, soy Julián! Dudo que sepas quien soy, pero fui el mejor amigo de tu novio cuando estábamos en el ultimo año de la secundaria. David ya esta adentro, esta un poco triste, menos mal llegaste para que lo animes. — Hola, Dios, estoy muy nerviosa — Daniela pasó por mi lado cargando los regalos. — No pasa nada, ven conmigo te llevo a donde esta David. Respiré hondo y asentí, Julián giró y yo comencé a seguirlo, mi estomago esta dado vuelta y sentía que podía comenzar a llorar en cualquier momento, el interior de mi mejilla estaba sufriendo demasiado pues mis dientes estaban quitando sus nervios mordiendo esta parte. Julián frenó su caminar provocando que yo chocará contra él, Julián quedó frente a mi y puso sus manos sobres mis hombros. — ¿Lista? — negué con mi cabeza. — Pues lo siento mucho, pero allá está. Seguí el dedo de Julián hasta un sillón grande, vi un cuerpo de espalda, solo alcanzaba a ver su cabello café despeinado y su un poco de su camisa blanca, jadee en un susurro, David estaba allí, a solo unos pasos de mi. No me moví, me quedé estática en mi lugar sin respirar, la cabeza de David comenzó a girar hacia mi, no sé si yo estaba viendo en macara lenta o si él de verdad estaba volteando muy lentamente, sentí que pasaron horas hasta que él por fin estuvo mirando hacia mi lado, no a mi, David aún no me había visto. Pero yo si a él, y dentro de mi tenía tantas mezclas de emociones que no sabía cual predominaba en mi, si el miedo, el amor... David era aun más perfecto en persona y en efecto, si tenía una expresión triste y odiaba saber que era mi culpa por haberle mentido al decirle que estaba con Allan, me distraje tanto en mis pensamientos que no note que unos ojos verdes estaban perforando mi cuerpo, cuando volví a mirar a David, que no supe en que momento dejé de hacerlo, me encontré con sus ojos fijos en los míos. Abrí mi boca para decir algo, pero la cerré al ver lo que hizo David. De todos los escenarios que me imaginé que haría cuando nos conociéramos, este me sorprendió muchísimo.

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