Capítulo 1: El inicio"Pero el tiempo hace el trabajo de juntar los pedazos si se rompe el amor" - Otras se pierden, Morat-
Erase una vez un chico que... Sonido de caset devolviéndose. La verdad es que no sé muy bien como empezar esta historia, todo comenzó de manera sosa y aburrida, así:
Estaba en los últimos años de colegio cuando volvió el dolor... ¿Le dí importancia? claro que no.
Yo siempre había amado jugar al fútbol, era capitán del equipo y muy buena defensa pero de un momento a otro lo que siempre me hizo bien y lo que yo siempre había hecho bien, ya no era lo mismo, me costaba mucho trabajo apoyarme en mi pierna derecha, al caminar, correr o hasta estar sentado.
"Eso le pasa a todos los futbolistas, siempre van a sufrir de la rodilla" decían muchos de mis compañeros, incluso un día, esas mismas palabras me las dijo el entrenador.
— Estas joven pero ya estas sufriendo de la rodilla, menos mal me has comentado que no quieres ser futbolista profesional o tu carrera se habría acabado antes de empezar — había comentado una vez el entrenador luego de terminar la práctica, yo me encontraba en los baños comunes y había tomado un gel de hielo que había colocado sobre mi rodilla derecha cuando el entrenador me comenzó a hablar.
No le presté demasiada atención a sus palabras y lo dejé pasar porque yo también lo creía, sinceramente, de nada me valía que me dijera algo que ya sabía, yo no iba a ser futbolista de profesión y quizás solo no había calentado lo suficiente, quizás hice un mal movimiento y mi rodilla había resentido el movimiento, pero creí que en pocos días iba a estar sana nuevamente y el dolor desaparecería de mi vida de una vez por todas y para siempre... Si claro.
Estaba en noveno grado, tendría yo unos 14 o 15 años, no recuerdo bien, recién habíamos entrado de vacaciones de mitad de año así que en cada materia teníamos tiempo que recuperar. Teníamos una semana de repaso donde hacían resumen de los visto en el semestre anterior, con examen incluido. Era una porquería, lo sé. Cada materia tenía un examen que constaba de 50 preguntas. ¡Cincuenta! Era el peor examen de todo el año. Los de mi colegio preferimos no salir a vacaciones solo para no regresar a realizar el examen. La bestia solíamos llamarle.
Igualmente aparte de los exámenes, también habían varias actividades escolares.
Teníamos un día deportivo el Sport day, donde cada grado era un deporte distinto, había que decorar el salón de la temática del deporte correspondiente. A mi grupo le tocó el deporte del surf. Debíamos hacer una presentación del deporte, en que países se practicaba más, mejores surfistas y así.
Las niñas de mi salón decoraron como si fuera la playa, ganamos el premio por mejor caracterización. Los hombres teníamos que hacer la exposición del deporte. Quedamos de quinto lugar. Orgullosos nos sentíamos. Mientras que las mujeres nos miraban mal y nos hacían burlas.
También teníamos un día del arte, el art day, mi grado estaba dividido en dos grupos, danza o arte. Solo eramos 18 personas en el salón, así que nueve estaban en danza. Preparando algún baile para presentar ese día, y mientras tanto, el otro grupo estaba encargado de hacer el escenario. Yo estaba en el grupo de baile, me gustaba bailar, no era mi fuerte pero tampoco lo hacía mal. Al menos eso dijeron mis compañeros y me escogieron para estar en el grupo de baile.
Teníamos dos semanas para ensayar la coreografía que haríamos en el art day, a la hora en que teníamos la clase de educación física, la clase de artes, la clase de danza y los recesos entre clases, era donde ensayábamos. Incluso algunos días nos quedabamos después de clase para seguir ensayando. Adiós a las clases de futbol libre, ahora era baile.
Todo iba muy bien, hasta que ensayo tras ensayo mi pierna comenzaba a dolerme, mi rodilla cedía y a cada momento estaba en el piso, muchas veces con mi compañera de baile en los pasos de saltar y cargarla.
Los fines de semana cuando jugaba futbol con mis amigos del barrio también comenzaba a sentir la misma molestia, era como si la rodilla me quemara.
El problema avanzó hasta el punto donde mi rodilla estaba con el doble de su tamaño y era un poco difícil flexionarla. Jugar al fútbol con mi pierna estrella ya no era una opción. Mucho menos bailar.
Acudí al médico ya realmente preocupado.
- Es tendinitis - había dicho el médico firmemente - es muy común ya que se da cuando utilizas mucho una extremidad, en movimientos seguidos, en tu caso con el fútbol provocó una hinchazón de los tendones de la rodilla, solamente tienes que tener reposo 6 meses porque la tendinitis ya está un poco avanzada, a parte te mandaré analgésicos antiinflamatorios, y una férula, debes tomarlos con juicio cada 12 horas por 7 días. Transcurridos 7 días ya no debes de tener hinchazón y no dolor pero no por eso vayas a ponerte a jugar fútbol de nuevo ¿Entendido?
- Entendido.
Con excusa médica tuve que retirarme del equipo de danza, mis amigos se burlaban mucho de mi por mantenerme sentado y no hacer nada, pero eso me había dicho el médico que tenía que hacer. Reposo.
Tengo que decir que no le hice caso ¿o era muy obvio que yo no dejaría de jugar al fútbol por 6 meses y tampoco iba a permitir que se burlaran de mi, porque así fue como empezó todo.
Después de una semana de burlas y burlas me quité la férula y jugué fútbol en el descanso, y a la siguiente hora me puse a ensayar la coreografía pendiente. Total el doctor había dicho que a la semana ya no iba a sentir dolor. Y esa semana ya había pasado.
Si, me tome mis medicamentos juicioso y si me ayudaron. Mi rodilla estaba desinflamada, ya no sentía mucho dolor, si bien después de cada juego o ensayo mi rodilla estaba muy cansada y adolorida y también a veces por la noche el dolor se hacía presente, pero siempre que pasaba alguno de estos casos me tomaba una dosis de mi medicamento y continuaba como si nada estuviera pasando dentro de mi.
El día de la presentación de coreografía el dolor había vuelto y muy intenso, acudí a la enfermería del colegio. La enfermera me aplico una pomada caliente y me prohibió bailar ese día.
Todos mis compañeros me dieron la espalda por haberlos abandonado ese día. Pero no fue mi elección, había desobedecido las recomendaciones del doctor y por ende mi dolor había regresado, mis amigos no entendían eso, prefirieron dejar de hablarme y hacerme a un lado.
- Eres lo peor, ¡¡¡¿Cómo nos haces esto justo hoy?!!! — habló una de las chicas mirándome de arriba hacia abajo, yo cruce mis brazos mientras escuchaba que soltara idioteces.
- Vete con tu puto problema a buscar nuevos amigos.— Había dicho el chico que yo consideraba mi mejor amigo, ese comentario al venir de él si me dolió un poco.
- Ay si claro, no puedes bailar. Pero bien duro que esta mañana pateabas el balón en el descanso. — habló otra de las chicas y yo rodé los ojos. Pero claro, en el fondo si me dolían sus palabras.
- Si a ti no te sirve un pie, tu no nos sirves a nosotros.
Pero el comentario que mas me dolió fue el de mi novia, o quien creí que lo era pero luego me dí cuenta de que todo era por aparentar y que siempre me estuvo engañando con mi ex mejor amigo.
— Si tu no vuelves a jugar al futbol ya no me puedes dedicar goles y si no lo haces ya nunca mas seremos novios. — había dicho y yo solo me había encogido de hombros viendo como ella cerraba sus manos en puños y se iba tras sus amigas.
Dolió mucho las palabras de mis amigos, y las de mi novia, pero me daba igual. Yo ya estaba en tratamiento.
Los siguientes meses encontré mi nuevo grupo de amigos: los de ajedrez. Gracias a ellos aprendí nuevas tácticas y la mayoría de veces ganaba. Los fines de semana y algunas noches después del colegio seguía jugando al fútbol con mis amigos del barrio.
Y Así fue durante esos seis meses, nunca descanse del fútbol. Siempre tenía conmigo mis analgésicos pero había decidido que solo iba a tomar una cada tres días porque no quería volverme adicto a ese medicamento. El dolor era insoportable el segundo y el tercer día que no tomaba medicamento. Hasta que llegaba la noche, tomaba mi dosis y me calentaba la rodilla con paños de agua tibia y mi férula.
Pasado los seis meses yo ya no sentía ningún tipo de dolor y continúe viviendo la vida como si mañana fuera el fin y eso me lo iba repitiendo todos los días.
Pero como no todo es color de rosa y algo tenía que suceder o sino esta historia sería solo de un capítulo, en efecto, algo sucedió.
El año siguiente entre en un nuevo colegio, para hacer una media técnica.
Y fue ahí. cuando estaba en mi último año, y justo al final del mismo, que volvieron los dolores. Casi dos años después, el dolor resurgió pero esta vez venía con más problemas y con ganas de quedarse por muchísimo tiempo mas.
Mi nuevo mejor amigo de la escuela y yo vivíamos muy cerca del uno al otro, así que siempre tomábamos el mismo autobús para ir a nuestras respectivas casas después de clase: él siempre peleaba por el puesto de la ventanilla y por lo general siempre ganaba.
Mi mejor amigo, Julián, hablaba muchísimo y todo el tiempo y al hacerlo siempre se movía demasiado. Entre tantas de estos aspavientos con sus manos y sus piernas, con su rodilla me golpeaba mi rodilla derecha, la que antes estaba enferma, me golpeaba a tal punto en el que el dolor era como cuando te quiebras un hueso y te lo mueven. Yo siempre lo regañaba y le metía puños cada que hacía sus movimientos.
Últimamente en el colegio estaba jugando mucho cualquier deporte, porque la técnica que había escogido al entrar a ese colegio era educación física y recreación. Así que tenía todos los días dos horas de algún deporte, el último semestre estuvimos enfocados en Baloncesto y Voleibol, deportes en los cuales se brinca muchísimo.
Y como yo me creo médico, obviamente dije muy seguro de que me había fracturado algún hueso de la rodilla por brincar tanto. Estaba segurisimo. Pero haciendo una auto exploración física no sentí ningún hueso roto, quizás de pronto se quebró de una manera tan pequeña que no hay porqué acudir al médico.
Los últimos dos meses antes de mis grados, seguí con el mismo dolor que se intensificaban cuando mi amigo por accidente me golpeaba la pierna, realmente siempre me consideré un chico muy fuerte con muy buena tolerancia al dolor así que simplemente yo no le ponía atención a aquel dolor pero esto me estaba sacando de mi zona de confort porque cada vez el dolor aumentaba y era mas difícil soportarlo.
Y así fue durante bastante tiempo, el dolor regreso pero poco a poco, cada día el dolor aumentaba pero yo seguía sin darle importancia. Es que aun no entiendo por yo no me quede quieto e hice reposo cuando el doctor me lo indico varios años atrás, y yo seguía sin darle la importancia que merecía.
Ante todo está la salud y a mi me valió nada mi salud, prefería salir con mis amigos e ir a jugar futbol en vez de hacer el reposo recomendado. Fui muy estúpido en no ponerme a pensar en el daño que le podría estar ocasionando a mi cuerpo.
Y solo cuando ya todo estaba en un nivel demasiado avanzado, seguí sin hacer realmente nada. Si pudiera devolver el tiempo acudiría de inmediato al médico al primer dolor, me hubiera hecho una choza fuera del hospital hasta que no me atendieran como era debido, hasta que no me mandaran los exámenes y no perder un año completo realizando todos estos.
El problema era serio pero se estaba camuflando en algo pobre, en algo que ni los médicos ni yo le poníamos la atención que merecía.
Si el tiempo se pudiera devolver por primera vez lograría hacer las cosas bien en mi vida, quizás debí amarme un poco mas y velar por mi bienestar porque era lo que realmente me tenia que importar. No el fútbol.
Aunque amará jugar ese deporte, aunque muriera por estar siempre en una cancha pateando un balón debí de hacer algo para que luego no tuviera que dejar de jugar al fútbol para siempre.
Si hoy le pudiera dar un consejo a alguien es que vayan al médico, no les de temor porque pueden estar sufriendo algo grave que esta escondido, sin síntomas, pasándose por otra enfermedad, como me paso a mi. Pero por favor corran al médico, tu bienestar debe de ser lo mas importante para ti siempre y no un deporte aunque vivas de él.