Llevarla en mis brazos fue una tarea muy sencilla. Su pequeño cuerpo cabía perfectamente en mis brazos, la sujeté bien pegada a mí y la cargué saliendo de la biblioteca hacia los pasillos, subí las escaleras y me metí en mi habitación.
La recosté lentamente sobre mi cama y retrocedí unos pasos para observar la Sed seguía teniendo el control sobre mi cuerpo, pero a mis ojos se veía espléndida, su aroma era muy embriagador y muy cautivante, pero algo le molestaba a sed. Su pijama, ese diminuto pijama, apestaba a su hermano y a cigarro no pude evitar quitárselo para mi sorpresa. Esta loba no lleva ropa interior y eso me agrada.
Su piel se veía tersa y suave bajo la luz de la luna que entraba por la ventana la cual estaba abierta dejando entrar la brisa fría, comencé a acariciar lentamente su piel, pero aún podía sentir ese horrible olor, tome la decisión de traspasar mi olor a ella, me desvestí quedado desnudo y comencé a frotar mi cuerpo contra el de ella mi marca le dejara mi olor, pero esto también funciona. No podía sentir ningún otro olor en ella, así que solo me recosté a su lado, la sujete con fuerza contra mi cuerpo y clave mi cara en su cuello para sentir su rico aroma, dejándome profundamente dormido junto a ella.
Llegado el sol comenzó a moverse y estirarse en la cama podía sentir cada movimiento de su cuerpo, su enorme trasero comenzó a rozar mi entrepierna haciendo que me despertara de mi sueño, comenzó a tratar de apartar mis brazos de su cuerpo, pero no se lo permití la tome de las muñecas y las coloque sobre su cabeza quedando sobre ella
*HERMOSA MUY HERMOSA*
gruñó Sed contemplando a la hermosa loba bajo nuestro cuerpo, toda la emoción que sentíamos de tenerla debajo de nosotros se desvaneció cuando comenzó a gritarnos que la soltára Sed esbozo una sonrisa macabra cuando esa pequeña niña comenzó a amenazarnos e insultarnos sin importarle una mierda con quien estaba hablando. Sed trató de besarla para que se callara, pero ella nos rechazó en venganza. Nos acercamos a su cuello, lo cual la alteró, le advertí que se quedara quieta o volvería a morderla, pero está maldita, volvió a llamarme maldito perro.
Sed estaba furioso, sacó sus colmillos para volver a morderla, pero nuestro cuerpo quedó inmóvil sobre ella. Mis ojos no daban fe de lo que estaban viendo. Sus ojos habían pasado de ser blancos a violetas en un parpadeo, sus ojos violetas brillaban intensos, captando toda mi atención.
Sin tener el control y sin fuerzas de voluntad me puse de pie como si una fuerza me halara de atrás obligándome a alejarme, no podía salir de ese trance en el que ella me metió sentía mi cuerpo dormido y sin voluntad propia como si estuviera vació, la vi ponerse una bata frente a mí sus ojos fijos en los míos dio dos pasos hacia atrás tratando de alejarse de mí, pero ya me había hartado de este maldito juego.
Respire profundo y comencé a tencionar mis músculos para que volviera a recobrar su movilidad propia poco a poco sentía como podía mover los dedos de mis pies y como mi cuerpo volvía a responderme a mí, antes que ella pudiera dar el tercer paso hacia atrás me abalance sobre ella sujetándola por la cintura atrayéndola hacia mí, la obligue a sentarse sobre mis piernas con cada una a cada lado de mis caderas, podía sentir su centro caliente sobre mí hacía que me enloqueciera.
Sujete sus pequeñas muñecas con mi mano detrás de su espalda y con mi mano libre la atraje hacia mí por la nuca, nuestros alientos se mezclaban y poco a poco podía sentir cómo su cuerpo se comenzaba a calentar bajo mi tacto. Sed volvió a tener el control de mi cuerpo, mi m*****o ya estaba listo para hacerla mía, pero algo me llamó la atención. Vi cómo su cuerpo se ponía tenso al sentir mi m*****o rozarla. Comencé a olfatear y definitivamente era virgen; mi asombro fue increíble.
Poco a poco comencé a acariciar su cuerpo haciendo que termináramos nuevamente desnudos. Su cuerpo comenzó a responder a mis caricias, podía oler su excitación. Su rico sabor inundaba mi boca, sus hermosos senos encajaban perfectos en mis manos. Sin duda fue hecha para mí, la diosa quería darme una segunda oportunidad, pero no sé si estoy dispuesto a tomarla.
Solté un poco mi agarre después de darle una fuerte nalgada en ese rico trasero. Ella saltó de mis piernas alejándose un poco, se disculpó por cómo actuó, tomó su bata, se la puso y salió corriendo de mi habitación. Sin duda verla sonrojada y muy apenada me encantaba su olor quedó impregnado en toda la habitación, decidí darme un baño para poder volver en sí, Sed estaba satisfecho con lo que había pasado, pero yo no estaba nada feliz ya había perdido a mi pareja que me aseguraba que no volverá a suceder, la dicha fría hizo que me relajara, me vestí y tan pronto como salí de la ducha, mi beta me enlazó.
*ALFA, TENEMOS UN PROBLEMA. UNOS PÍCAROS ATACARON A LA MANADA EL ALFA DEL BOSQUE SINIESTRO LUCHO CONTRA EL PERO HUYO *
*¿HAY ALGÚN HERIDO?*
*NO , PERO COMENZARÁN A BUSCAR DE DONDE LLEGARON ESOS PÍCAROS. CREÍ QUE LE GUSTARÍA ALGO DE ACCIÓN.*
*TIENES RAZÓN, AMIGO MÍO, QUIERO ALGO DE ACCIÓN NOS VEMOS ABAJO*
cerré nuestro enlace, SÍ mi beta estaba en lo correcto, los pícaros andan en manadas bastante grandes, si el alfa atacó a uno, otros vendrán buscando venganza y abrían bastante acción. Me vestí y bajé las escaleras encontrándome con mi mejor amigo, mi beta, quien me guío hasta la zona donde el lobo fue visto por última vez. Ahí el alfa había perdido el rastro, pero se supone que él lo lastimó. Llegamos y a los pocos minutos vi a mi hermosa hembra.