MURREN, SUIZA.
—El hospital te sentará bien. Podrás distraerte y creo que te servirá para mantener la cabeza ocupada. Aquí no hay muchas emergencias pero sin duda si hay niños enfermos y una que otra mamá cargada de pánico.
Tessa sonrió mientras daba unas cucharadas al gazpacho que su madre había preparado. Su padre la miraba de reojo con una ligera sonrisa al notar que su hija parecía mucho más animada que las semanas anteriores. Brant pensaba que su trabajo era un tanto masoquista. Ambos—su esposa y él—, sabian que Tessa había enfrentado dos abortos y una fuerte perdida al final, ver niños recien nacidos no debía sentarle bien pero aun así enfrentaba con firmeza cada situación y hacia su trabajo de la mejor manera posible.
Ella amaba lo que hacía y no cambiaría.
—¿Conociste a Elij
