GINEBRA, SUIZA. Huir. Mierda. No podía hacer frente a lo que estaba pasando. Durante centenas de veces había dado vueltas delante del espejo y se había fingido frente a su ex marido. “Oh, Henrik, qué gusto me da verte de nuevo. ¿Recuerdas la última noche que pasamos juntos antes del divorcio? ¿Si? ¿Qué crees que pasó? Pues resulta que he quedado embarazada y no pensaba decírtelo pero creo que mereces saberlo” ¡No! ¡Obvio no iba a decir eso! Sintió que la presión se le bajaba y entonces le dijo a Keller que necesitaba ir al baño. El hombre se ofreció a acompañarla pero ella se negó. Iba a estar bien siempre y cuando Henrik no fuera detrás de ella. Iba a buscarlo después, solo que ahora no se sentía con las palabras adecuadas como para encararlo. Necesitaba más tiempo, necesitaba pen