Presentarle a mi madre a Michel y lo de la boda, en lugar de complicar todo, lo facilitó todo. Sé que fue muy vergonzoso pero después de ello, Doris Aguilar se enfocó tanto en esa boda casi express que yo solo debía decir un sí y un no con respecto a sus decisiones. Junto con Michel habíamos organizado lo del lugar, la luna de miel, sin embargo, faltaba la comida, el entretenimiento de la noche, y mi madre insistió en fuegos artificiales. Fuegos artificiales. Desde otra perspectiva estaba considerando si el plan de mi progenitora no era hacer la boda más extravagante posible para presionarme mentalmente, a no avergonzarme divorciándome rápido. Ella decía que lo hacía todo de buen corazón, que su única hija casándose era un acontecimiento sin precedentes. Un acontecimiento sin preced