Aquella mañana cuando despertó y no encontró a su esposo durmiendo al lado, se le hizo raro. No es raro que se levantara primero, pero ¿a las seis de la mañana? Se le hizo curioso, pero optó por no decir nada, tampoco quería ser una mujer castrosa. La cosa se volvió más difícil de ignorar cuando atendió una llamada y salió inmediatamente de la boutique en la que estaban, ni siquiera atendió la llamada ahí mismo, salió directamente del lugar. Ahí sí sospecho que algo estaba sucediendo, aunque tampoco dijo nada porque eso no decía nada todavía. Hasta que llegaron a la casa luego de un día en la plaza cercana de la isla, y él le dio un beso rápido para encerrarse en el despacho, cuando en el recorrido le había prometido ver una nueva serie juntos para reforzar su "amistad de amigos con dere