Escucho un bebé llorar a lo lejos, abro mis ojos muy lentamente y vuelvo a escuchar a un niño llorar, intento levantarme ya que sé que son mis hijos pero el cuerpo me duele cierro los ojos y vuelvo a escuchar a los bebés llorar, aún con los ojos cerrados estiró mis manos y trato de buscarlo por la cama y no los encuentro. Abro los ojos de golpe asustada, ya que imágenes del día anterior donde Alejandro me dice que me quitara a mis hijos vienen a mi mente. Me levanto de golpe y un dolor atraviesa mi bajo vientre emito un quejido y llevo mis manos allí tratando de calmar la molestia. - Shhh, tranquila.- dice Alejandro que se encuentra con mis hijos en brazos. El miedo se apodera de mí, pues ayer aunque les suplique que no me los quite y él me dijo que no lo haría no puedo estar segura. -