Ya tenía una semana en la nueva casa, bueno nueva para mí, de cierta forma, ya que sólo una vez estuve aquí, y no tuve oportunidad de verla completamente. Mi cuarto era enorme, y estaba al lado de el de Alejandro, ya que aunque me gustó dormir con él, no pensé que fuera recomendable seguir haciéndolo, porque se pueden confundir las cosas o los sentimientos. El cuarto de los niños también era enorme, y estaba más que decorado para ellos. Era sábado, Alejandro había salido a trotar y yo acababa de acostar a los niños, encendí un comunicador de esos para bebé que Alejandro había comprado ya que la casa era grande y así yo podía moverme sin estar tan preocupada por ellos. Tome el otro comunicador y lo colgué de mi cintura y me fui a la cocina a preparar mi desayuno. Estaba terminando de com
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