Jacob estaba más que feliz en mi auto, parecía un niño que le van a comprar un juguete. Me di cuenta que por donde vivía no era muy....como decirlo...agradable. Las casas se veían viejas y feas, con vidrios rotos, pintura sucia, en vez de cortinas en las ventanas, eran sabanas. Simplemente..incómodo, le bajé a la música, ya que no quería llamar la atención (que creo que sería imposible) con el auto. Jacob me dio las indicaciones para llegar a su casa y para ser honesta es la más bonita de todo este lugar. Era blanca (un poco sucia), pequeña, de dos pisos, una cochera, se veían tres ventanas. Si soy honesta, no me gustaría vivir ahí, ya que siempre e vivido en una vida muy lujosa (honestamente). -Enserio gracias por traerme, Emma- me agradeció Jacob con calma -No es nada, es lo menos que