Narración de Alessandra Calderone Ha llegado la hora de contactarme por video llamada con el cardenal Ratzinger. ¡Riiin, riiin! ¡Riiin, riiin! ¡Riiin, riiin! —Buenas noches cardenal Ratzinger le pido su bendición. —Agacho la cabeza en señal de respeto. —Hija mía que Dios te bendiga, hace mucho tiempo que no hemos hablado. —Él me hace la señal de la cruz con su mano derecha. —Cardenal si le llamo es para pedirle un inmenso favor. —Pongo el semblante triste. — ¿Qué pasa hija? ¿Por qué está triste? Puedes confiar en mí en lo que necesites. —Me responde con su voz tierna y afectuosa. — ¡Estoy embarazada de mi padrino! Nadie sabe en casa, en cuestión de días se me va notar la panza. — Tengo los ojos húmedos de tristeza. —Tu asunto es grave Alessandra, esto puede llevar a una guerra si