Primera Era después de la Guerra Ancestral, Tierras Ancestrales El guerrero de ojos rojos pensó en él como su amigo, fue un borrón, la capital y sus calles de piedra dieron paso a las desoladas y nevadas extensiones del norte: el mago los había teletransportado a ambos a las Tierras Ancestrales. Las nubes grises hacían que la luz fuera suave, aunque todo era blanco y árido, parecían inmersos en una penumbra surrealista, sus capas, una negra y agujereada en varios lugares y la otra roja escarlata con ribetes dorados, volaban detrás de ellos a causa del viento helado. Ado sonrió, desenfundó la gigantesca espada roja y la clavó en la suave nieve, Talun no recordaba haberlo visto nunca sonreír así, comprendió que finalmente había aceptado. Talun ya no tenía ante sí al hombre que había re