Narra Cristian
Estoy sentado con Henry y Gary en nuestra mesa habitual para discutir nuestra próxima serie de televisión de comedia romántica y aventuras. Aunque, en este momento, sólo estoy aquí por la comida y el champán. Estos programas prácticamente se escriben solos. No estoy seguro de por qué se presiona a estos dos para que se reúnan y hablen como si fuéramos productores novatos.
Dejé escapar una larga y prolongada exhalación antes de tomar un sorbo de mi champán. Esta mierda de comedia romántica se ha hecho mil veces. Al menos éste no me quedé dormido en la mesa. Mi teléfono vibra en el bolsillo del pantalón de mi traje completamente n***o. Lo saco y reviso mis notificaciones debajo de la mesa. Es un mensaje de mi asistente sobre una reunión que debo programar con un director ejecutivo de un estudio.
Suspiro y devuelvo mi teléfono a mi bolsillo. Si tengo que ir a otra reunión con otro CEO tonto, podría perder la cabeza. Honestamente, el trabajo es lo último que tengo en mente en este momento. Lo que más me importa es cómo le va a Luke en el hospital después de su accidente automovilístico hace unos días.
Henry apoya su espalda contra su asiento y se cruza de brazos, dejando al descubierto un reloj plateado. Se ve exactamente igual al que usa mi padre, lo cual no es sorprendente. No tienen la misma edad en absoluto, pero después de tantos años en la industria del entretenimiento, Henry tiene la personalidad rancia de un hombre de setenta años.
—Uno de los productores sigue presionando para que haya tanta acción como sea posible, mientras que el otro quiere más romance— dice Henry—¿Con cuál deberíamos ponernos del lado?
Otra notificación envía una vibración contra el costado de mi pierna. Saco mi teléfono de nuevo.
—¿Cuándo vendrás? —me pregunta Lisa en un mensaje.
Gary se burla como si la respuesta fuera obvia.
—Quien nos pague más. Mientras contratemos a grandes estrellas para los papeles principales, no importa lo que hagamos—se voltea hacia mí, sus ojos marrones ansiosos por que intervenga en algún momento.
—Cristian ¿qué piensas?
—¿Acerca de?—deslizo mi teléfono en el bolsillo de mi chaqueta. Puedo enviarle un mensaje a Lisa después de la reunión.
—Podemos permitirnos el lujo de buscar grandes estrellas en este proyecto, ¿verdad?—pregunta Henry con tono irritado. Ambos se han cansado de mi complacencia.
Me encojo de hombros.
–Será un éxito sin importar quién participe. Somos Producciones Blake ¿Cuándo hemos tenido un fracaso?
Gary levanta sus espesas y oscuras cejas y hace una mueca. Mi respuesta debe haberle disgustado. Supongo que últimamente he estado decepcionando mucho a mis socios.
—Sin embargo, hace tiempo que no tenemos nada— dice.
—Estamos ganando dinero, ¿no?— pregunto.
Henry se frota la nuca.
—Sí, pero sería bueno hacer algo a gran escala. Han pasado cinco años desde nuestro último gran programa de televisión.
Yo suspiro. ¿Ha pasado tanto tiempo? Después del primer año de producir programas mediocres, perdí la cuenta de nuestro último gran éxito. Hombre, en nuestro mejor momento, realmente hacíamos buena televisión. No recuerdo la última vez que una reunión de presentación me hizo reír hasta que me dolió la cara. En aquel entonces estaba repleto de ideas originales, hasta el punto de que me despertaba en mitad de la noche para anotar todas las brillantes premisas que se me ocurrían mientras dormía. Sonrío para mis adentros. No quiero sonar cliché, pero esos eran los días.
Henry y Gary intercambian miradas y luego dirigen su atención nuevamente hacia mí.
—Una vez que hayamos solidificado la trama, podemos hablar de nombres para adjuntarlos al proyecto— dice Gary—.De esa manera, será más fácil concentrarse en los detalles más finos.
Asiento y luego miro mi reloj.
—Será mejor que me vaya—termino lo último de mi champán y me levanto—. Tengo otra reunión más tarde.
Henry me saluda con la mano. Si bien parece decepcionado conmigo por haberme escapado, tampoco parece tan sorprendido.
—Cuídate—le quito el polvo a las mangas de mi chaqueta.
—Lo mismo para los dos— les señalo con el dedo—.Esta serie va a funcionar muy bien, ¿de acuerdo?
Ellos asienten, pero ninguno de los dos parece convencido. Soy muy consciente de lo terrible que se ha vuelto trabajar conmigo. Luke estaría muy decepcionado al ver a su mejor amigo ser tan indiferente. Es alguien a quien le apasiona el trabajo y la vida en general. Es propietario del Hotel Clarion, uno de los hoteles más estimados, pero a juzgar por la sonrisa genuina que siempre luce, uno pensaría que trabajó en una industria que en realidad salvó a la humanidad de forma regular.
¿Por qué no puedo sentir tanta pasión por algo? Demonios, daría mi pierna izquierda por apasionarme con el desayuno. En cambio, voy al trabajo todos los días sintiendo nada más que abatimiento.
Cuando salgo, mi teléfono vibra una vez más. Cuando lo saco, recibo una única notificación.
—Estoy esperando... ¿Quieres vernos ahora?
Escribo y envío el mensaje sin pensar. Siento que he enviado estas palabras exactas a cada uno de mis encuentros cuando se sienten frustrados por mi falta de respuesta. No es que sea un desalmado. Simplemente no estoy tan interesado. Al menos no como a ellas les gustaría. Pero deberían saberlo.
—Estaré lista en media hora—Lisa responde.
—Suena bien— escribo.Justo cuando estoy a punto de doblar la esquina hacia mi auto, algo (en realidad, más bien alguien) choca contra mí. Gruño por el impacto contra mi pecho y estómago. Una vez que puedo entender lo que mi cuerpo está haciendo, ya estoy cayendo de culo contra el pavimento. Intento sujetarme con las manos, pero termino raspándome las palmas.
Me miro las manos, que afortunadamente no están sangrando, pero mi traje favorito está arruinado.
—Mira por dónde vas...—empiezo pero me detengo a mitad de la frase tan pronto como levanto la vista.La persona, la mujer, que chocó contra mí también aterrizó de culo en la acera, pero parece llevar algo un poco más... significativo que mi traje. Lleva un vestido de novia ceñido con una abertura en el medio del pecho que termina poco antes de su ombligo, dejando al descubierto su piel bronceada, suave y táctil. Sus pechos también lucen espectaculares con este vestido. No parecen ser tan grandes, pero están levantados desde el corsé para que parezcan redondos y llenos. Miro su rostro y me quedo boquiabierto al verla. Cabello largo, castaño rojizo, peinado en ondas grandes y dramáticas, ojos verdes en forma de almendra que están muy hinchados por todo el llanto que claramente ha estado haciendo, y labios carnosos y besables cubiertos de un bonito tono de rosa claro. A pesar de su maquillaje corrido, sigue siendo una de las mujeres más hermosas que jamás haya visto—.Wow—digo sin pensar. Alcanzo mi teléfono, que está ligeramente agrietado por su propia colisión contra el pavimento, pero la mujer aparta mi mano.
—Será mejor que no me filmes— dice, sus ojos como dagas mientras me mira fijamente.Frunzo el ceño. ¿Por qué querría hacer eso? Pero cuando miro a nuestro alrededor, parece ser todo lo que todos están haciendo. Varias personas sacan sus teléfonos y filman como si fueran a ganar algún tipo de premio por capturar a la novia fugitiva ante la cámara. Rayos, esto tiene que ser una broma.