PVO Dulce. Lo que menos pensé al llegar a Nueva York después de años, era que estuviera en la misma mesa que mi madre, el idiota de Arthur y un completo desconocido que apenas he visto unas horas, pero que agradezco me haya salvado en el ascensor, menos mal el padre de Arthur aún no llegaba a casa. _Todo está delicioso Sra Amanda, si que es buena cocinera. _Y eso no es nada, mi hija cocina igual o mejor que yo. _¡Mamá!.-Ay ya, que se calle. Desde que Ryan entró no ha dejado de alabarlo y Arthur no ha dejado de mirarme horrible. _Por supuesto que lo sé, en Londres ella me cocinaba de vez en cuando, aunque más cuando me quedaba de amanecida. ¡¿Ay porque dijo eso?! _¿Así que te quedabas en casa de mi hija?¿Y hacer que?.-¡Ay cállate mamá! _Espero que no sea para deshonrar a mi hermana.