Detrás de la puerta

Crockett, Condado de Houston 27 abril, 1999 _______________________________________ SARAH Es increíble como dos palabras y cinco letras pueden cambiar tu mundo, la manera en que ves la vida, el amor que nunca creíste sentir. Esos ojos color miel. Ese cabello ondulado. Su cara tan firme y perfecta. Su cuerpo tan extravagante. Son tantos detalles a los que con el pasar del tiempo les eh puesto tanto cuidado. Si, quizá sea una acosadora por estar observándolo desde la hendija de la puerta, pero se ve tan sexi. Pero ahí estaba yo, de torpe. Me caí, me resbale y la puerta se abrió, de pronto sentí la mirada fuerte de alguien en mi. - ¿Estás espiándome?- mi respiración se descontrolo, me hice la loca, sin tomarle importancia- te eh hecho una pregunta- añadió, mi corazón empezó a latir súper rápido, y me di cuenta que aún seguía en el piso, con toda la rapidez me levante y me limpie, cerré la puerta y me dirigí hacia la barra de nuevo. Llevo tantas semanas espiándolo, desde que choqué con él. Mi jefe me mandó a botar la basura en la parte de atrás, así que decidí ir y de una vez tomar mi descanso de cada tres horas. Me envolví tanto en el celular, mi mejor amigo me informaba que mañana pasaría por mi para ir al cine, sentí un cuerpo chocar con el mío, no lo vi venir. Mi celular cayó a unos metros de mi y la basura por dicha no se salió de la bolsa. - ¿Te encuentras bien?- asentí con rapidez sin siquiera mirar, que pena. Me dirigí a recoger mi celular y la bolsa. La persona seguía allí de pie sin decir nada, lo mire a la cara. ¡Oh Santa Virgen de las pelusas! Su rostro es totalmente perfecto. - ¿Quieres que te ayude?- negué y salí corriendo, dejé la bolsa en su lugar y me devolví corriendo con mucha velocidad. Sólo podía escuchar las risas burlonas de parte del joven. Lo sé, me comporte demasiado ridícula. - ¿Estás bien?, te veo pálida- Paula, mi compañera de trabajo, se aproximó a mi. - Ss.. Si- sesione temblorosa. - Bien, a trabajar que ya pasó tu descanso- asentí. Hoy la noche iba estar bastante larga, pero no me importaba. Logré ver otro día más a ese joven, ese joven sin nombre que me robó el aliento. [...] - Eh llegado mamá- entré apurada con las bolsas en mis manos- eh traído pan- sabía que a mis hermanos les encantaba el pan, por eso les e traído. - ¡Sarah!- dijeron al unisonido mis pequeños hermanos. - Lávense las manos y yo les preparo algo de comer- asintieron y se retiraron a lavar las manos. Me dirigí a la habitación de mamá. - Hola- susurró apenas audible. - Eh traído tus medicinas mamá y eh comprado verduras para hacerte caldo de pollo- me senté a su lado derecho de la cama, tomé el termómetro y se lo coloque en la boca, ella me sonrió débilmente. Su termómetro daba 38.5 Tenía calentura pero no al extremo. Acaricie su mejilla, le extendí la pastilla y el vaso con agua, ella lo tomó. - Nunca podré pagarte todo esto, yo..- se tapó su cara con la mano. - No mamá, ya me has pagado con traerme a la vida- le sonreí- y te agradezco por eso, y también te amo- me reí, ella también pero con debilidad. - Yo también te amo pequeña- la abrace. - Te iré a preparar la cena- asintió y yo me retiré, mamá estaba muy débil últimamente. - Bien, niños, ¿Cómo les fue en la escuela?- les pregunté mientras les alistaba su cena. - A mi muy bien, Mario no me dejó hablar con él niño que me gusta- cruzó sus manos en su pecho. - Porque es malo para ti, estás muy pequeña- reclamó Mario. - Tú también estás pequeño y tienes novia- lo señaló. - ¿Cómo es eso que tienes novia?- pregunté, ya lo sabía, pero necesitaba detalles. - Me prometiste no decir nada- Mario le reclamo a Samara. - Basta niños, mejor tomen- les extendí el pan con frijoles. - Te eh dicho que cocinas muy rico, hermanita- sonreí ante aquello. - Sabes algo Sarah, no tengo miedo que mamá se muera- soltó Mario de repente. - ¿Por qué dices eso?- asustada ante aquello, le pregunté. - Porque tu eres como nuestra mamá, y no estaremos solos- sentí nostalgia, me sentía feliz por su comentario pero también mal por mamá. - No digas eso, mamá es una base fundamental en nuestras vidas, sin ella no estaríamos aquí- retuve las lágrimas lo más que pude, pero no aguante. - No llores hermanita, mamá no se va morir aún- me acarició la cabeza y yo su mejilla. - Ya, coman, voy a llevarle caldo a mamá- asintieron, me limpie las lágrimas y me dirigí a su habitación después de servirle una taza. - Despierta mamá, eh traído tu cena- lentamente se sentaba en la cama, coloque el plato en una almohada. Me sonrió y empezó a comer despacio. Tengo mucho miedo que mamá se llegue a enfermar más y no pueda aguantar otra operación. [...] - Eh traído el encargo que me pediste- con esfuerzo coloqué la gran bolsa con verduras en la mesa de la cocina. - Empieza a pelar las papas- ordenó de inmediato, asentí agotada. A veces el jefe me explotaba en el trabajo pero no podía quejarme, enserio necesitaba el trabajo. - Eres fuerte- dijo mientras también pelaba papas. - Gracias Pau- - Piensa en tu familia, y verás cómo sales rápido- aconsejó y si tenía razón, pensar en mí familia me motivaba más a seguir trabajando duro. Eh terminado, es demasiado duro trabajar para apenas lograr comer y pagar el alquiler del apartamento. - ¡Hey!- brinque del susto- no te asustes- echó a reír. - ¡Oh, cállate!- le pegué leve por su brazo. - Eh venido a pedirle permiso a tu jefe para llevarte a un lugar- me sorprendí, ¿eso a qué venía?. - Claro que sí, ya le hace falta un respiro- la voz de mi jefe me hiso sobresaltar, estaba escuchando. - Pero necesito el dinero, no pued...- el sonido que salió de la boca del jefe me hizo guardar silencio. - Ve, nadie te va descontar nada- me alegré tanto escuchar eso. - Sos el mejor- chille de la emoción. - Ve, corran antes de que me arrepienta- me sonrió, me apresure a tomar mis cosas, tomé la mano de Luis y salimos corriendo. - No puedo creer que te dejara salir- ni yo lo creía. - Bien, ¿a dónde iremos?- nos subimos a su auto. - Por tu familia, luego al cine- me sorprendí. - Sos el mejor amigo, ¿lo sabías?- le besé su mejilla y arrancó el auto. [...] - ¡Eh llegado!- grité, se escuchaban los niños correr por el pasillo. - Mamá no despierta desde hace una hora- los ojos rojos de mi hermana me alertan de inmediato, salgo corriendo hacia la habitación de mamá... - ¡UNA AMBULANCIA!- mi corazón se detuvo al tocar su pulso y no sentirlo... [...]