Sin embargo, no es lo bastante rápido y vomito el contenido de mi estómago sobre sus pies descalzos. Sigo vomitando hasta que no queda nada. Siento unos dedos rozar mi nuca y apartar el cabello de la cara. —Deja de ser un bebé y ve a enjuagarte en el lago. Y encuentra a Clay —le suelta Drake a Keegan. Me limpio la boca con el dorso de la mano y le lanzo a Keegan una mirada de disculpa. Se queja en voz alta, echa la cabeza hacia atrás y mira al cielo. —¡Bien! —resopla, se acerca al lago y se lava los pies. —¿Estás bien? —pregunta Drake, y yo asiento con la cabeza, respirando con dificultad. Drake me ayuda a levantarme y me lleva hacia las escaleras, pero me detengo—. Está bien, me deshice de él. Y Keegan ha limpiado el pórtico. Asiento con la cabeza, me agarro del barandal y subo los