‹‹¡Uno menos molesto!›› pensé para mis adentros. ¡Un momento! —¿Es una hora de camino? —le pregunto. —¿No checaste la distancia antes de mudarte aquí? —me pregunta y yo maldigo internamente. —Pues no, en el mapa no parecía tan lejos. —Ah, sí, este lugar no está en muchos mapas, ¡pero en los que aparece, nunca está bien! No pasa nada. No me importa llevarte, ¿o puedo recoger lo que necesites por ti? —No, está bien —le digo. —De verdad, Maya, no me importa. Voy a ir de todos modos. No hace falta que te avergüences, ¡lo que necesites! —¿Avergüences? —le pregunto. —Ya sabes, en caso de que necesites productos femeninos. Supongo que por eso rechazas mi ayuda. No quieres que sepa que ha llegado el flujo femenino —dice, como si eso tuviera sentido. ¡Tal vez debería recomendarle a mi ter