~Maya~ Tras enterrar al conejo mutilado y limpiar la sangre del pórtico, entro corriendo a lavarme las manos. Estoy convencida de que podría tener alguna enfermedad y que me podría contagiar. Además, necesitaba deshacerme de las pruebas de su existencia, para poder borrarlo de mi memoria, o al menos intentarlo. Ya que estoy limpia, y termino de quitarme la suciedad de debajo de las uñas, respiro hondo. Miro alrededor de la casa y me pongo las manos en las caderas. ¿Y ahora qué? Mordiéndome el labio, repaso la lista mental que he hecho con todas las cosas que tengo que hacer durante las horas que paso mirando al techo. Ahora me toca ponerlas en orden para saber qué hacer primero. Uno: configurar el internet que me sigue fallando. Dos: arreglar mis macetas para hierbas y ponerlas ya en s