Acostada en los brazos de Caspien, me di cuenta de lo cansada que estaba. Sin el miedo y la ansiedad que me invadían, solo me quedaba un cansancio abrumador. —¿De verdad está todo bien, entonces? —pregunté, cerrando los ojos. —Todo está mejor que bien. Todo es perfecto. Aparentemente, tenemos un lobo bendito —dijo Caspien mientras besaba mi cabeza, y sonreí contra su pecho. Abrí la boca para decir algo, pero el sueño me venció antes de que pudiera responder. - - - - —¿Willa? —El cálido aliento de Caspien acarició mi cuello y me erizó la piel. —Es demasiado temprano —murmuré. —Buenos días —Cali irrumpió por la puerta y yo gemí—. Bonita vista. Abrió las cortinas y juraría que el sol nunca ha sido tan brillante. Holden se metió en la cama con nosotros y Caspien le dio una patada. Fuer