(Willa) Al día siguiente, cuando no apareció, se hizo más difícil. Aunque intenté convencerme de que era lo mejor y me preparé mentalmente para que no viniera, mi cuerpo aún se tensaba y sentía un torbellino de nervios cuando se acercaba la hora en que solía llegar. —¿Qué le pasó al hermano oscuro del príncipe encantador? —preguntó Cali después del tercer día en que no apareció. Le sonreí, o al menos lo intenté, para mostrar lo poco afectada que estaba, y encogí los hombros. —Tu suposición es tan buena como la mía. Ella cruzó los brazos y me estudió. Aparté la mirada. No sabía qué buscaba, pero ella era más perceptiva de lo que yo misma me daba cuenta. Odiaba estar enfadada con él. Odiaba que ya empezara a depender de él. Necesitaba descubrir cómo hacer todo esto por mí misma sin depe