(Cali) Salí del auto a una cuadra de distancia y caminé hacia La Cúpula. Me dirigí hacia la parte trasera, manteniendo la cabeza en alto y evitando el contacto visual directo. Me enfoqué en mi destino y mantuve un ritmo constante, pero rápido. Sabía lo que estaba haciendo, a dónde iba y que pertenecía allí. Al menos eso parecía a las pocas personas que pasaba. Dar la vuelta por detrás. Esa era la única instrucción. Era vaga, y no me gustaba lo vago. Había una puerta más allá de unos contenedores azules que olían a alcohol rancio. Era de madera y parecía no llevar a ninguna parte, pero estaba unida a la parte trasera del edificio. Podía escuchar un murmullo bajo de conversaciones susurradas al otro lado. Me detuve por un segundo. Puedes hacer esto. Salté un poco. Genial, justo lo que