(Willa) Cali y yo volvimos a su casa para recoger a los niños para que ella pudiera ducharse rápidamente y hacer una maleta. Su hija, Loreli, heredó sus rizos rojos, pero un poco más claros en color. Emmett y Loreli se habían vuelto tan cercanos, lo que fue un gran alivio para mí. No solo me sentía mejor al dejarlo cuando iba a trabajar, sino también porque ya tenía una amiga de su edad. Su primera amiga de verdad. —Traje un colchón inflable para Loreli. Puede dormir en la habitación de Emmett —dijo Cali y se fue a prepararlo tan pronto como llegamos a mi casa. No había estado aquí desde que me recogió el primer día de trabajo, pero caminaba por aquí como si fuera suya. Admiraba su confianza y la facilidad con la que parecía vivir su vida. Sabía que no debía asumir que no era una másca