Leves golpes se hacen presentes en mi puerta y me limito a mover mi cabeza en dirección a ella, doy pasos cortos para tocarla, como si de algún peluche se tratase y oigo su respiración pronunciada, o eso creo sentir. Recuesto mi frente en ella, porque debo hablar, cosa que no he hecho en mucho tiempo, cosa que me limito a hacer, que no solía hacer, amaba hablar con mi padre, trabajar con él en el taller, comer hamburguesas y ver las estrellas en la parte trasera del jeep, y hablar por largas horas, pero todo ha cambiado, y ahora apenas logro intercambiar algunas frases.
-Elaine, sé que estás ahí…--Su voz me pone más tensa, porque aunque han pasado los días han seguido en mi mente y me es imposible no seguir pensando en lo bien que suena cuando está ronca.
Suelto un suspiro aun con mi m
