De esas situaciones en las que te encuentras recostada en la habitación observando el techo como si no existiese cosa igual y tengas la mente en blanco y al tiempo tener toda clase de pensamientos extraños, así, estaba yo. Toda la situación en casa me estaba volviendo loca, y yo que creí que después de ser huérfana nada podía a llegar a empeorar, hasta que apareció Darién. Era inevitable negar el sentimiento que existía y que no podía ser. Y de todas formas debía levantarme para mi clase, ya que estaba en problemas con mis créditos. -Elaine—La mujer con la que menos he hablado se haya con su traje costosísimo de Gucci dispuesta seguramente a salir con sus amigas o hacer lo que sea que haga—Qué gusto verte, sabes Arthur estará un tiempo afuera, y bueno, sólo quería comentarte y que si pue
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