Entrega Informal

1108 Words
El vehículo en el que iban las chicas fue remolcado por una grúa, algo que a Thianya le dio pena ver, puesto que su auto era blindado y había notado que alguien conocía un punto débil en los neumáticos, aunque lo que más le consternó fue que quien la estuvo acorralando y rescatando era la misma persona. Renata iba echando pestes por lo bajo conforme volvían camino a la mansión Sparks, mientras que Thianya se había quedado mirando a la nada. Era como si ella hubiera decidido la resignación ante todo lo que le estaba pasando. La frase que había dicho Jake, “el destino tuvo la pésima idea de atarlas a nosotros…”, era para Thianya una de difícil interpretación, sobre todo porque a ella la llevaba a pensar que a él no le agradaba la situación de verse atado a ella. Aunque también pensaba en la parte que probablemente aceptaba su condición por lo que supuestamente tenía pendiente con su padre y la supuesta usurpación de poder que tanto alegan el señor Masters y su familia. Una vez habían arribado a la mansión Sparks, Thianya quería salir huyendo a su habitación, pero Jake la detuvo halándola por el brazo y obligándola a caminar a su lado como la feliz pareja que no eran. Por otro lado, uno de los tipos que estuvieron escoltando al grupo trajo consigo a Renata, sentándola ante todos los presentes casi a empujones, ya que esta se rehusaba a estar allí. En cuanto a Esteban y Orestes, ellos se quedaron fuera de todo aquello, yéndose a la cocina junto a Nana, quien también era la madre biológica del último. — Entonces veo que volvieron nuestras compañeras de vida, y al juzgar por la cara de mi futura novia, la señorita Pierce está tan molesta con su padre como lo está conmigo, lo que hace la situación más fácil para ella, señor Pierce. — Advirtió Josh Porter. — No tiene nada que ver lo que yo sienta por ti y lo que vayas a hacerle a mi padre. Si quieres vengarte de la familia Pierce, sólo tienes que exiliarnos como lo hicieron con la familia tuya, ¡Y listo! No quererme usar como trofeo de guerra. — Se quejó Renata delante de todos los presentes. — Me gusta como lo plantea la señorita Pierce, Josh… Podemos negociar toda esta situación como los trofeos de guerra que ellas significan para ambas familias, la Sparks y la Pierce. Si aman a sus hijas, van a otorgarnos nuestros puestos sin oponer resistencia, y aceptarán cualquier castigo que les impongamos, por fuerte que sea. Pero si hacen el más mínimo movimiento en nuestra contra, créanme señores, estoy dispuesto a darles la pelea de su vida. Obviamente, vamos a presentar nuestro caso ante el consejo de Kindra. — Propuso Jake. Aquel planteamiento suscitó un murmullo colectivo, cada quien dando su opinión en su pequeño grupo, salvo Kiara, que observaba todo a su alrededor en franco silencio; Renata, quien tenía un mohín habiendo retorcido sus labios y fruncido el ceño y teniendo los brazos cruzados; y Thianya, quien seguía mirando a ninguna parte. — ¡Tú no puedes venir de buenas a primeras a reclamar un derecho que no te corresponde, licán! Debes demostrar ante el consejo que tu reclamo es legítimo y que las pruebas que avalan tu acusación son irreprochables y legales. De lo contrario, no tienes nada que hacer aquí, además que tu derecho a heredar algo de lo cual fuiste despojado no se te puede devolver, no hasta tanto no pruebes tus palabras, cu-ña-do. — defendió Gilbert su posición como el siguiente sucesor al liderazgo de Carcomel. .— No está nada mal tu planteamiento, cuñadito, pero tengo derecho a reclamo, y no por mi condición de despojo de poder, tal como ustedes hicieron que renunciáramos a nuestro nombre aquí en este país, sino por mi hembra. Ella es una licán de genes alfa, y aunque es la menor de ustedes los herederos de la familia Sparks, el hecho de que su compañero sea de iguales genes, la hacen potencial para ostentar el liderazgo. — Exponía Jake sintiendo como las mandíbulas de su hermano político rechinaban la una contra la otra. — Si tienes tu compañera de vida, y esta es de genes alfa, entonces tendré que retirarme, de lo contrario, tienen hasta dentro de treinta y seis horas para entregar esta propiedad, porque les recuerdo que era parte de la familia Masters antes de ser robada por ustedes. — Interpuso Jake sin escuchar ni uno de los remilgos que se dieron en aquel salón. — Familia Conroid, por favor, lárguense de esta mansión, y tienen total libertad de propagar todo lo que supieron pasó aquí en esta mañana tarde. — Instó el joven Masters a aquella familia, los cuales estaban atemorizados de lo que podría pasar de aquí en adelante. — Maldito mocoso, tú no pretenderás quedarte con esta casa que con tanto ahínco levanté. — Remilgó esta vez Kirah. — Lo haré porque esta mansión perteneció a nuestra familia por generaciones, e incluso podría decir con certeza que sus hijos desconocen esta edificación, ya que puedo ver que la remodelación que hizo usted, suegra, ignoró muchos detalles clave de nuestra imaginería arquitectónica. Pero… ¿Qué se puede esperar de una nueva rica sin el más mínimo criterio de las buenas artes? — Respondió Jake el ataque de Kirah. Anthony y Jonas estaban a punto de transformarse e irles encima a Jake por todo lo que le estaba diciendo a su progenitora, cuando Falcone decidió intervenir. — No hagan nada que pueda perjudicar más nuestra posición, muchachos. — Advirtió el hombre a sus hijos, dejando boquiabierto a más de uno. — Por favor, señor Masters, familia Masters, no maltraten a mi hija por nuestras culpas, y no tomen en consideración las acciones imprudentes de estos mocosos. En cuanto a la situación de mi hijo mayor, él deberá ponerse manos a la obra para encontrar a su compañera de vida, que si resulta ser una hembra de genes alfa, tal y como dicen nuestras leyes, y mientras usted interpone su caso ante el consejo, Gilbert por ser mayor que Thianya puede ser mi sucesor, y hasta quedarse en mi lugar si se demuestra que ustedes no tienen la razón al imponer su caso. — Calmó Falcone el ambiente pesado de parte de su familia. — Pensaré en lo que propone, señor Sparks, pero sépase que mi petición de que dejen esta mansión se mantiene, así que tienen treinta y seis horas para abandonarla. — Dio por terminada su participación y la reunión Jake Masters.
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