Hannah —¿Quieres algo? — Escuche su ronca y varonil voz muy cerca de mi oído— Puedes pedir lo que quieras, no te negaré nada— Caín era tan volátil; en un segundo podía estar repartiendo besos en tu cuello, y con mucha facilidad podría estar furioso después. Sus cambios de humor podían asustarte. —Q-quiero salir— Había estado en este lugar más de un mes y ya empezaba a sentir claustrofobia. Su mano se enredó con amenaza sobre mi cuello. Ahora mismo no era él Caín que podía ser tierno conmigo, este era el malvado que mato a mi padre sin remordimiento. —¿Por qué quieres salir? — Había ferocidad en su pregunta, pero también capte la curiosidad en su tono— Aquí lo tienes todo. —Estoy empezando a sentir claustrofobia— Mis palabras salieron de mi temblorosas. A medida que seguía hablando, su