Somos víctimas de la casualidad o simplemente es la ley de la atracción la que causa este efecto de peligro entre los dos. Alondra Se sorprende al verme delante de él, pero enseguida se recompone y me enseña una sonrisa de satisfacción al verme, siento las manos sudorosas y el corazón martillando en mi pecho con tanta fuerza que me es difícil recuperarme por unos cuantos segundos en los que intento descifrar en que momento fue que el destino decidió jugarme esta maldita broma. Imito su postura cuadrándome de hombros, al tiempo que el mesero me ayuda a recoger mis cosas del piso y me las entrega, agradezco la amabilidad del joven antes de colocar de nuevo la mirada fría sobre el señor Freites. —Mucho gusto, Alondra Jiménez, CEO de Technological Prestige. —Extiendo la mano con toda la seg