Voy nerviosa con mi hijo en brazos hacia el salón principal, lo vamos a presentar al pueblo que son los altos mandos y con influencias, ellos se encargan de repartir las noticias a todo el pueblo, y lo que me da un poco de comezón es lo de, "La hechicera le va a dar la bendición de la diosa", odio esa parte, pero también pienso en que le vamos a enseñar las dos religiones y que él decida, y también pienso en que él va a vivir su vida acá y sus hijos y los hijos de sus hijos van a vivir en este planeta con estas costumbres, así que debe adaptarse a todo lo de este lugar. —Bien. —paramos frente a las puertas en donde suspiramos nerviosos por lo que va a pasar del otro lado—. ¿Nerviosa?. —Mucho. —me abrocho el velo cubriéndome la cara como estipula la ley, al no ser la reina principal deb