Para Altramuz, se hizo costumbre tener que embriagarse para cumplir con sus deberes maritales, pensando constantemente en Aysel, ya que la holgada ropa mojada que llevaba cuando le rescató, poco dejaba a la imaginación. En la mente de Altramuz, conocía tan bien el cuerpo de Aysel debido a aquella única vez de cercanía, que por ello, en sus alucinaciones u afortunadas visitas, la distinta ropa extraña de Aysel, en algunas ocasiones era bastante reveladora. Cuando la noticia de que sería padre llegó a sus oídos, el joven intentó tomarle más aprecio a su esposa, y lo hizo. Debido a ello sufrió su pérdida cuando esta fue asesinada junto a su primogénito, sin importar el castigo que le dieran al causante, no pareció suficiente. La mujer amaba a Altramuz, esa fue la razón de su reencarnación.