— ¡Ay sí, ábranme toda! – la sensación de ser abierta la volvía loca, yo lo sabía muy bien y lo usaba bastante cuando teníamos relaciones. Un tercer chico se acercó y le metió dos dedos en el culo. Los tres comenzaron el jueguito del mete y saca, ella gemía de placer. Ella abrió sus nalgas con las manos y se inclinó más separando las piernas. Debía estar sumamente excitada. Uno de los pibes le ofreció su v***a y ella comenzó a chuparla obediente. Los dedos seguían entrando y saliendo de sus orificios, vi como uno le metía tres dedos mientras ya había otros dos adentro, la conchita se le estaba abriendo más y más. El segundo pibe se apartó para que el que metía tres dedos pueda meter cuatro. Camila seguía saboreando la v***a en su boca pero yo sabía que estaba concentrada en lo que hacían