¡Sigue!

1567 Words

Antes de que Sara pudiera tomar una decisión, Gabriel comenzó a rascarle la parte posterior de la pierna derecha. Ella incluso vio toda la escena a través del espejo. Estuvo a punto de insultarlo, por atrevido (y porque para ella era un acto reflejo reaccionar así con el portero), cuando vio que la manchita que había raspado desapareció completamente. Entonces fue la misma Sara quien se encargó de raspar algunas de estas manchas mientras hacía un gran esfuerzo para girar su cuerpo. Tuvo que apoyar su mano libre sobre la mesa de la oficina. Esta incómoda pose la llevó a levantar mucho el culo, lo cual acentuó la imagen de sus carnes apretadas bajo la tela. —En un par de minutos lo dejamos como nuevo —dijo Gabriel, quien ya se había hecho cargo de tres o cuatro manchas. A Sara no le gustó

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