Más adelante empecé a pajearme con tanta asiduidad mientras visionaba todo tipo de material de alto contenido pornográfico que mis meadas, abundantes y espumosas, cada vez se producían con más frecuencia y me resultaba bastante complicado el retener la salida de mi pis en cuanto sentía ganas de orinar lo que originaba que, en cuanto llegaba la hora del recreo en el centro escolar en el que cursé mis estudios, tuviera que encaminarme raudo y veloz a aliviar mi vejiga urinaria lo que no pasó desapercibido para Brenda, una agraciada compañera alta y espigada de ascendencia brasileña, que era mayor que yo, cursaba estudios superiores a los míos y tenía más fuerza que la mayoría de sus compañeros masculinos. La joven, convirtiéndose en cabecilla e instigadora, logró convencer a Nicole, Noelia y