La cosa empieza con la mayor, Nerea, pero esto va a ser un no parar… Viendo que habían sobrado churros, y admirando el culo de Montse, muy parecido al de su madre, pero esta no estaba tan rellenita, le dije: —Nerea, súbele a tu madre unos pocos porfa, que nunca pensáis en ella— le pedí, porque era verdad, y para que tomara un poco el aire y se le pasara el calentón. Se fue, y poco después se me acerco Montse con su libreta y se me sentó encima, yo estaba en una silla, cerca de la ventana, con ellas en casa procuraba fumar así, y no como cuando estoy solo. —Mira, aquí me dice que hay dos formas de resolverlo, pero yo solo veo una.— me explico moviendo su culo sobre mi polla. No me había dado tiempo a decirle de ir a mi mesa, o al sofá y note enseguida su coñito ardiendo, y quise resolv