Vengo apresurada de casa de Hakim, mi vecino. Temo que algún vecino me pueda ver así…me he limpiado la cara lo mejor que he podido, pero no estoy completamente segura que no hayan quedado restos de su corrida sobre mi cara. Vengo escandalizada por lo brutal y excesiva que ha sido su eyaculación sobre mi. Al mismo tiempo estoy contenta conmigo misma, estoy superando mis antiguos tabúes y debo aceptar que estoy siendo una aprendiza muy aventajada. Estoy orgullosa de mis logros y alegre porque aquí aplica aquello de: “nunca es tarde si la dicha es buena”.
El inesperado fallecimiento de mi vecina y amiga sirvió de revulsivo para iniciar un cambio en mi vida que desde hacía largo tiempo se estaba gestando. Tan desagradable suceso me hizo reflexionar y tomar conciencia de que debía cambiar el e
