—Aquí las tienes…todas tuyas….¿que quieres hacer con ellas?. Es extraño…me produce un cosquilleo especial estar aquí frente a ti sin ropa interior— le digo haciendo que las bragas negras queden colgando delante de sus narices como en el conocido juego del pañuelo. Con parsimonia las toma en mi mano, las lleva hasta la nariz e inspira profundamente. —¡Que bien huelen…a perfume y a hembra…a sudor y a aroma de flor…y están mojaditas….¡Uy, mi perrita se ha excitado mucho!— me dice mientras rodea su v***a con las bragas y empieza un lujurioso sube y baja…lento y cadencioso…para que vea como su c*****o se esconde y aparece orgulloso y morado. —Vaya calentón…mi conchita palpita…me estoy mojando…mi Miguel no se lo creería…algunas veces dice que estoy muy seca—meto mi mano entre los botones del