Lyall ―Alfa ¿está seguro de que no habrá inconvenientes? Digo… esto tal vez… ―Tranquila, los lentes están en perfectas condiciones, son iguales a los ojos de nuestra luna, su majestad la envió Hable en un tono mable, uno lleno de cordialidad, mientras mi corazón latía como loco y observaba todo de reojo Como si temiera en cualquier momento mi pequeña luna pareciera y enojada renunciara a nuestro vínculo Lo que habíamos hecho era una locura, una completa locura, una que sabía que nos costaría demasiado, pues de por sí, ya estábamos mal con ella Pero esto, esto era aún peor, pero ¿Qué podíamos hacer cuando había sido una orden de su majestad? Cuando este había enviado a esta chica con las características de nuestra luna, para que fuese quien sea presentada ante la sociedad en ca
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